|
|
三毛 San Mao: Una influencer de su época
Mariana Guerrero
Arte y Cultura // Nº 14, Diciembre, 2022
La trascendente escritora china Chen Mao-ping, también conocida como Echo Chen, tuvo una historia marcada por los viajes, el amor y la tragedia. Nació en Chongqing en 1943 en una familia cristiana de dinero, en una China maoísta. Siendo la segunda hija, de la familia, la llamaban meimei (como se llama a las hijas menores en china). Así, comenta Chieh, el hermano menor de la escritora: “Echo tenía una visión del mundo amplia. Sus pensamientos eran diferentes a los de las mujeres de la época, ella tenía su carácter. Abandonó la escuela a los trece” (Lucila Carzoglio, 2020, Infobae). Ya, desde sus comienzos ella generaba una postura transgresora con su personalidad.
Fue la primera autora bestseller en Oriente y Occidente, generando gran impacto con sus obras: Diarios del Sáhara y Diarios a ninguna parte. A su vez, fue la encargada de que Mafalda hablara en mandarín. Al convertirse en traductora de Quino y de las tiras hilarantes de su personaje, fue una pionera en ese camino como traductora, uno que también es creativo y contribuye al mundo del humor gráfico desde el rol de la mujer.
Hablando de sus seudónimos… Chen Mao-ping, además de Echo Chen (como la conocían fuera de China), también se apodó Sanmáo. Este nombre era el de un niño huérfano, el protagonista de una tira creada por Zhang Leping (dibujante de cómics). Este pequeño, simbolizaba a todos aquellos que eran abandonados, y con su espíritu aventurero viajaba por el mundo. Así, Chen Mao-ping sintió un vínculo con el niño Sanmao ‘tres pelos’ y tomó su nombre. Ella habría vivido su propia experiencia aventurera cuando comienza sus expediciones por el mundo.
Contradiciendo las expectativas de la época, la autora, la primera hippie china, condujo su vida casi nómade por distintos países, junto con su gran amor José María Quero, un español con el cual decidieron formar una vida juntos en el Sáhara, donde escribe su gran obra. Su esposo, menor que ella, era buzo y esto generaba una conexión entre ellos ya que a Echo Chen le encantaba el mar. Se conoce de ella que disfrutaba de caminatas a la orilla del mar y en sus escritos reflejaba esta admiración. En el año 1979, los padres de la escritora conocen por primera vez a José María, año en el cual fallece ahogado en la Costa norte de La Palma, mientras practicaba pesca submarina. Echo Chen expresó: “Si mis padres no estuvieran aquí, me habría tirado al agua”. Tiempo antes, la escritora habría tenido un presagio sobre este suceso, parece que el vínculo de amor que tenían así se lo avisaba, escribe David Sanz: “Una de las principales amistades que cosechó la escritora china en La Palma, Emy Romero, recuerda en los testimonios recogidos por Poggio Capote para el estudio, que publicó el Cabildo, que San Mao le confesó una mala corazonada: ‘Un día el mar se llevará a José María’” (Diario de Avisos, 2017).
|
La autora trotamundos como pocas, continuó sus escritos e inspirando a sus lectores asiáticos, los cuales podían viajar entre letras por destinos imposibles para su realidad. Tanto sobre el Sáhara, como las Islas Canarias y Latinoamérica. Realizaba de esta forma sus crónicas de viaje, recorrió 54 países y hablaba 4 idiomas (su chino natal, alemán, español e inglés) convirtiéndose en una referente icóno para las mujeres asiáticas… y también del resto del mundo.
Siendo una persona con un brillo sumamente especial, inspirador y motivador tanto en su generación como en las próximas, antagónicamente se sumegía en oscuridades que la llevaban a momentos de fatalidad en su vida. En varias ocasiones, huyendo de la tristeza, quería escapar hacia otro plano.
Así, regresa a su país, a sus raíces, con su familia. Pero, llegó un tiempo en el cual tenía muchas presiones, había crecido su fama, y por ello rechazaba las entrevistas y charlas. Solo la familia la acompañaba. El 4 de enero de 1991, mientras se hacía estudios en un hospital, Sanmao agarró unas medias y se ahorcó en la noche. Tenía 47 años y veinte libros publicados. La familia de la escritora decidió cremarla y enterrarla con su nombre verdadero. Aún así, casi oculta entre cientos de nichos, es imposible no encontrarla. Tanto su tumba como la de José, en La Palma, siempre tienen flores frescas que les dejan los visitantes asiáticos.
En la actualidad, a 30 años de su despedida, estamos conmemorando tanto los hermosos aportes que nos dejó en su literatura instrospectiva como su impacto fuerte de personalidad, el cual inspira hasta el día de hoy a todos, tocándonos no solo el corazón, sino también nuestras reflexiones de vida... “Sanmao somos todos: una legión de seres perdidos en busca de algo que no sabemos nunca lo que es”. (Iolanda Batalle, solapa posterior de "Diario del Sahára"). |