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Cuando la tecnología depende de un virus
Editorial
Tecnología y Economía // Nº3, Marzo, 2020
Si en tus manos tiene un celular, tableta o un dispositivo tecnológico, con seguridad éste o alguno de sus componentes provienen de China.
Este país, con más de mil trescientos millones de personas está paralizado por el Coronavirus, que ya dejado miles de muertes en el país y se ha extendido a otros tantos países del mundo, dejando a la población recluida en sus casas. Los estudiantes tomaron sus clases por internet, los restaurantes se volcaron en ofrecer servicio a domicilio, y los trabajadores de las fábricas de las que salen la gran cantidad de productos tecnológicos que consumimos vieron interrumpido su trabajo. Este panorama pone en tesitura y alerta a los grandes corporativos, sobre la inminente carestía de estos insumos, que ya se han convertido en una necesidad de primera mano para muchos. En China se fabrican desde la Xbox hasta muchos de los componentes de Apple, Nintendo, Samsung y otras muchas multinacionales de la industria de la tecnología que van a ver afectadas su producciones, lo que afectaría también en los tiempos de entrega de los productos y en el propio bolsillo de los clientes. Las grandes marcas tienen socios en la propia Wuhan, y están tomando medidas para que la producción no se vea afectada, como hizo Apple con la cancelación de los viajes de sus directivos a China. Según Financial Times, 290 de las 800 instalaciones de proveedores de Apple están en zonas afectadas por el cierre de las fábricas, ya que el principal aliado de Apple en China es la empresa Foxconn, que tiene radicadas muchas de sus empresas en las regiones afectadas por el virus.
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La casi totalidad de los Iphones que se consumen en el planeta, se fabrican en China, y ahora estos socios de Apple no quieren perder el contrato de producción firmado con las compañías. Los trabajadores, principales afectados de esta contingencia, trabajan desde casa, pero eso no evita que la producción se haya visto mermada. Las previsiones indican que la venta mundial de smarts phones se verá reducida en casi un 45% durante este año, algo que no quieren las grandes compañías, para las cuales cada día de no trabajo es un día de pérdidas millonarias.
La organización de uno de los congresos más relevantes del mundo, en lo que a tecnología se refiere, el Mobile World Congress 2020, a celebrarse del 24 al 27 de febrero en la ciudad de Barcelona, se ha visto obligado a cancelar este encuentro por razones de salud, y aclara en su página “Con el debido respeto al ambiente seguro y saludable en Barcelona y el país anfitrión hoy, la GSMA ha cancelado el MWC Barcelona 2020 porque la preocupación global con respecto al brote de coronavirus, la preocupación por los viajes y otras circunstancias, hacen que sea imposible que la GSMA celebre el evento”. Se calcula que la pérdida económica por este evento podría ascender a 500 millones de euros, afectando a muchos sectores de la ciudad de Barcelona, no solo a la organización. La dependencia económica que tiene el mundo con China, provoca que la paralización de China paralice al mismo tiempo al resto del mundo. En este sentido el CEO de Xiaomi, una de las empresas de telefonía más importantes de China, ha aclarado que frente al coronavirus, “China debe volver al trabajo”. Este pensamiento es el que ha hecho a China lo que es actualmente, lo que la ha convertido en la gran potencia que asombra al mundo. El mundo a delegado a China como la fábrica del mundo, por sus precios reducidos, tiempos de entrega asombrosos y condiciones que no encontrarían en otro planeta. Vivimos en un mundo global, en el que lo que ocurre de un lado se hace sentir del otro lado, en el que las consecuencias ya no son solo de un solo país, sino que se ven como problemáticas mundiales. La pronta recuperación de China y la estabilización de la economía depende de todos, porque el mundo depende de su fábrica, y ahora su fábrica está enferma. ¡Ánimo China! 中国 加油!. |