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El placer de recibir Shiatsu y su sentido espacio temporal. El desarrollo de la empatía a través de la conexión y el contacto
David Brito
Arte y Cultura // Nº 9, Septiembre, 2021
Muchas personas acuden a la consulta de Shiatsu, normalmente, por alguna razón específica; superar el estrés, aliviar algún tipo de dolor, problemas de estómago, menstruación irregular, o cualquier otro tipo de enfermedad. Lo importante, para la mayoría de personas que se acercan al Shiatsu, es ver si éste les puede aportar alivio en aquel aspecto que les preocupa.
Es a partir de este momento donde el Shiatsu cobra una dimensión en ocasiones radicalmente distinta para cada receptor, pues todo dependerá también de la actitud con la que cada persona se confronta ante el universo latente y lleno de posibilidades que facilita el contacto que el Shiatsu puede ofrecer. ¿En qué consiste Shiatsu realmente, más allá de las definiciones propias? ¿Con qué perspectiva, como receptores, deberíamos confrontar dicho proceso para extraer de él, el máximo beneficio? La palabra Shiatsu se empezó a usar a principios del siglo XX, aunque sus orígenes se remontan a la Medicina Tradicional de Oriente que empezó en China. La medicina China y filosofía tradicional fue reincorporada al Shiatsu por Shizuto Masunaga quien enseñó en la escuela de Namikoshi durante 10 años antes de abrir su propia escuela, el “Lokai Centro de Shiatsu". Su gran contribución fue establecer la influencia de los Canales de Energía en el equilibrio psicológico / físico y desarrollar la manera de conectar de forma óptima con estos Canales. Hoy en día en Japón hay dos métodos distintos de Shiatsu, el de Namikoshi y el de Masunaga.
El estilo de Masunaga, más prácticado en occidente, está caracterizado por la sensibilidad hacia los Canales de Energía, que son la manifestación de la función cuerpo/mente desde el punto de vista de la medicina oriental. Mientras tanto, la efectividad del Shiatsu depende más de la actitud y habilidad del terapeuta que de un estilo particular. Podríamos establecer un denominador común y beneficioso a la hora de recibir Shiatsu; es la idea de tomar como punto de partida algunas preguntas, las cuales quizás nos puedan trasladar un poco más allá de las fronteras que suponen las razones primarias por las que hemos venido a una consulta de Shiatsu. ¿Qué mensaje se oculta tras el dolor, Y las tensiones que experimento?, ¿cuál es el valor oculto tras esta enfermedad?, ¿podría ser mi cuerpo una vía por la cual entender mejor como soy y cuáles son aquellas necesidades que no logro satisfacer al no ver con claridad?. Shiatsu nos conecta de manera implícita con un sentido espacio temporal; lo recibimos en un futón (colchón japonés), estamos en el suelo, sobre la tierra que nos ofrece un soporte seguro donde tumbarnos plácidamente sin riesgo de caer. El practicante de Shiatsu, está sentado sobre sus rodillas y arraigado a la tierra. Simplemente con la disposición a estar presente junto a su receptor, atento a sus necesidades y abierto a toda la información que se manifiesta cuando este tipo de conexión profunda tiene lugar. El receptor puede ahora dejarse ir a través del contacto, soltar amarras sin pretenderlo, como un barco en una bahía al que sin más le han soltado sus amarres y es mecido suave, casi de manera imperceptible a través de la mar en calma, empujado por la tenue brisa.... lentamente adentrándose hacia el océano, deslizándose más y más hacia aguas profundas y tranquilas donde el único latir perceptible es el del cosmos atravesando la sangre y las células que le habitan. Hemos zarpado timoneados por ideas que habitaban nuestra vida en ese instante espacio temporal. Ahora, seguimos siendo dos pero no dos...
Y en este espacio imbuido de conciencia y presente que habitamos, sólo existimos para dejar que la vida nos inunde con su fuerza y con su orden cósmico. No queda nada de aquello que traíamos antes de zarpar, ni de aquello que fuimos, todo es silencio, vacío, espacio, bienestar, eternidad que penetra lo más profundo de todo cuanto somos. Abriéndose paso irrefrenablemente a través de lo tejidos y sus múltiples interconexiones, la vida más pequeña vuelve a desprender incontables haces de luz conectando lo que era pequeño, con la gran vida cósmica. Shiatsu, las posibilidades del contacto frente al trauma Teresa acudió a consulta con un cuadro de ansiedad prolongado en el tiempo, alrededor de unos cuatro años. Además de ansiedad, presentaba dificultad para dormir y mucho estrés laboral. Ella ocupa un importante cargo organizativo en una empresa gubernamental. Cuando comenzó a explicar el motivo de su consulta, lo primero fue percibir su enorme estado de estrés y ansiedad y su sensación de peligro, como si hubiera algo catastrófico que pudiera pasar en cualquier momento. Teresa reflejaba una gran inteligencia emocional, sabía con claridad lo que le pasaba a nivel emocional y cómo era la manera en la que debía gestionar sus emociones para que todo fuera bien; pero al mismo tiempo manifestaba que sabía que había algo que se le escapaba por completo, a pesar de haber llegado a profundas conclusiones sobre cuál era su problema. Es en este punto donde comenzamos a poder hablar de cuál iba a ser el enfoque de tratamiento con Shiatsu. Se la invitó a tranquilizarse emocionalmente y a no seguir buscando la raíz en un cambio a nivel mental, pues su cuadro parecía indicar con bastante claridad una excesiva hiperactividad de sus glándulas adrenales. |
La adrenalina nos avisa de un peligro inminente, nos pone en situación de alarma, activa el miedo que nos protege, y este miedo es representado en la Medicina Tradicional China (MTC) por el elemento agua, que son los órganos Riñón y Vejiga. (Escribimos el nombre de los órganos con mayúsculas porque desde la perspectiva de la MTC, los órganos abarcan no solo el aspecto fisiológico de la medicina occidental, sino también el aspecto emocional, psicológico y espiritual de cada ser humano). Cuando una persona recibe un fuerte impacto emocional, desde la perspectiva de MTC, hay dos sistemas energéticos que van a recibir el impacto principalmente. Estas son la energía del Corazón y la de los Riñones.
El motivo por el cual Teresa presenta este cuadro es el siguiente: Hacía cuatro años recibió una llamada a las tres de la madrugada, su hermano acababa de tener un infarto al corazón, falleciendo horas después. Dos años más tarde, sucede una situación muy similar en el contexto de una llamada en mitad de la noche, esta vez su marido, que también fallece. A pesar de ser una persona de gran inteligencia emocional, capaz de gestionar intelectualmente los sucesos que le están tocando vivir, la alarma de incendios (adrenalina) ha quedado totalmente conectada. Está presente en todo momento, las glándulas adrenales han perdido su capacidad adaptativa, desarrollando una constante producción de adrenalina que mantendrá al sistema en una continua sensación de alerta y peligro inminente. En su trabajo, al ocupar un puesto de gran responsabilidad y coordinación de equipos de trabajo, agravado por la situación de la pandemia, en todo momento debe estar atenta a cualquier llamada que pueda informarla de cualquier situación problemática.
Llegado a este punto, creo que el lector entenderá la conexión existente entre la situación traumática vivida a través de una llamada en medio de la noche y un teléfono que puede sonar en cualquier momento con un problema laboral a resolver. Para sus Riñones y sus glándulas adrenales la información que recibe es exactamente la misma. El sistema en su totalidad continua reviviendo la información traumática. Teresa comenta que antes de ese suceso ella no tenía un comportamiento acelerado, ni nervioso. Durante la sesión de Shiatsu lo primero que se podía percibir, a través del contacto, es que Teresa tenía mucha calma interna y su tejido conectivo era capaz de ceder y liberar sus restricciones con mucha facilidad al ofrecerle un contacto consciente. A pesar de que en la superficie se percibía hiperactividad, en las capas profundas se podía percibir calma y serenidad. Comienza la sesión tomando contacto con su meridiano de corazón, la primera estrategia es calmar. Antes de terminar de trabajar con este meridiano, se percibe cómo va deslizándose en una profunda relajación hacia el interior de su cuerpo. En ese momento el movimiento se encamina hacia las piernas, para intentar apoyar ahora la energía de sus Riñones; la actitud es la de permanecer presente, constante, sólida, estable como un océano que permanece latente y lleno de posibilidades. Teresa se ha terminado de deslizar hacia dentro, el Qi turbio ha sido dispersado y en las profundidades, a través de los vasos maravillosos, su sistema realiza trasvases necesarios de energía de un sistema a otro, todo el tejido se percibe ahora habitado por la calma, irrigado por la fuerza del elemento agua. Se van despertando las zonas que habían quedado aisladas con patrones de información traumática, se deshacen los nudos, los atascos, todo el sistema va recuperando su fluidez. El sistema entra en un estado de profunda homeostasis; se autogestiona y reorganiza. Se observan muchos movimientos involuntarios en todo el cuerpo, señal de que los patrones de información atrapada van quedando liberados. Al finalizar de la sesión, Teresa, percibe con claridad que ha ocurrido un cambio profundo en su interior, puede sentir con claridad que su campo de percepción sobre sí misma ha variado notablemente. En una semana regresa a consulta y comenta con asombro que su manera de gestionarse ha cambiado por completo, no se había sentido alterada y había comenzado a gestionar su trabajo con normalidad. Se sentía centrada y en calma, más cercana a como era su personalidad antes del suceso traumático. En dos sesiones más había podido dejar atrás por completo el patrón por el cual había acudido a consulta, su sistema había cambiado la dinámica interna, entrando en un estado de nutrición y regeneración celular. https://www.tiempodeshiatsu.com/ |