|
|
La presencia de chinos en México
Belén Dorado Marín de Espinosa
México en China, China en México// Nº1, Septiembre, 2019
La llegada de estos primeros inmigrantes chinos a México fue en 1882, cuando se prohibió en EEUU la entradas de asiáticos como mano de obra, desplazándolos forzosamente hacia el norte de México. Fruto de estas llegadas de mano de obra, considerada barata para la industria algodonera, de capital estadounidense cuyas tierras estaban en Mexico, se comenzaron a establecer los primeros asentamientos chinos en Mexico, asentamientos que se conservan hoy día y que han contribuido a la economía de los municipios.
La población china radicada en el norte de México, en Mexicali 墨西卡利 concretamente, primero sirvió de mano de obra en los proyectos de Porfirio Díaz para modernizar el país, en la industria del ferrocarril. Una segunda etapa laboral fueron los trabajos como temporeros en los campos de algodón y en las construcciones de irrigación, y finalmente pudieron dejar de laborar en esta actividad y se dedicaron a regentar negocios, dotando a los ciudadanos de esta ciudad norteña de servicios que antes no existían, como lavanderías o tiendas de abarrotes. La Chinesca, como se conoce al Barrio donde se concentró la población china de Mexicali, con el tiempo se fue convirtiendo en una ciudad que prestaba servicios de casinos, bares, tiendas... y en el que se dice que existían túneles que comunicaban la ciudad mexicana con Caléxico, en EEUU, ruta utilizada para el contrabando de alcohol. Los ciudadanos mexicalienses aceptaron a esta población china, y durante muchos años la convivencia fue pacífica. Pero fue con la llegada de los años 20 que se comenzó a tejer en México un sentimiento antichino que en aras de la Revolución Mexicana provocó que muchos de estos chinos tuvieron que emigrar de Mexicali, hostigados por los nuevos habitantes de la zona. La masacre de Torreón fue uno de los episodios más trágicos en las relaciones México/ China, que marcó un antes y un después en la diáspora china. Esta masacre culminó con la expulsión de chinos de Sonora en el año 1931. Curiosamente la expulsión de chinos de tierras norteñas mexicanas coincidió con la expulsión de trabajadores de las zonas sureñas de EEUU (1929/30). A partir de este momento, la población china fue perseguida hasta el punto de que se les obligó a abandonar Mexicali, dejando todas sus pertenencias, casas, tiendas y enseres personales. Muchos de ellos fueron embarcados de regreso a China, o eso dijeron cuando se los llevaban en los barcos, pero otros muchos se trasladaron a diferentes partes de la República mexicana, en busca de un mejor futuro. Pero aquellos que no fueron deportados a China se aventuraron a cruzar la frontera estadounidense, y se convirtieron, sin quererlo, en los primeros indocumentados. Estos primeros inmigrantes abrieron la puerta a la inmigración de México hacia EEUU, trabajaron de guías (coyotes) para sus compatriotas y sentaron un fenómeno migratorio que continúa en la actualidad en la frontera más transitada del mundo.
Un tercer grupo de chinos que tuvieron que abandonar Mexicali se quedó en México y fundó el Barrio chino de la ciudad de Mexico, considerado como el barrio chino mas pequeño del mundo. |
Pero los intercambios entre China y México no sólo se deben a esta época del siglo XIX, sino que se remontan a tiempos donde la Nao de China arribaba a las costas mexicanas, cargados de productos y objetos de Filipinas que arribaban al puerto de Acapulco, allá por el Siglo XVI. De este intercambio cultural, de estas primeras relaciones internacionales provienen muchas de las tradiciones populares mexicana, tales como la piñata, los fuegos artificiales, el tamarindo, las prácticas de fengshui... o el conocido Pilón, una estrategia de ventas que aplicaban los comerciantes chinos de Mexicali en el Siglo XIX, por la cual tras tu compra siempre te regalaban algo, pilón que hoy día se sigue usando entre los mexicanos a la frase de ¿No me da mi pilón?
Pese al éxodo de población china provocado por la Revolución, en La China, ese barrio tan relevante de Mexicali que en su época estuvo repleto de túneles y fumadores de opio, continúan conviviendo chinos y mexicanos hoy día de forma pacífica. Muchos de los chinos que habitan en Mexicali son familiares de los primeros chinos que llegaron a México como mano de obra barata, y hoy día se han integrado perfectamente en la sociedad y cultura mexicana. La población de Mexicali está tan acostumbrada a la presencia de chinos que es algo normal y habitual. Las generaciones de mexicanos descendientes de chinos se ha aumentado, aumentando al mismo tiempo las relaciones interculturales. Pero el caso de Mexicali no es el único en México con presencia de población china. Existe una remota isla en la Riviera Nayarit, llamada Mexcaltitlán que para muchos historiadores fue la cuna de los propios mexicas y para otros el tan buscado Aztlán. Pues bien, en Mexcaltitlán se asentaron algunas familias chinas en épocas remotas, familias que dieron auge a la isla con la venta de marfil, porcelana y productos de pesca o derivados de ella. Actualmente parece que todavía radican en la isla descendiente de esos primeros pobladores chinos de la isla, y parte de los que fue la Casa de China. Los chinomexicanos que fueron deportados a China se asentaron mayoritariamente en Macao y la zona de Cantón (Guangdong) donde hasta 1952 todavía había 21 familias de chinomexicanos, e incluso algunas de las iglesias de Macao están consagradas a la Virgen de Guadalupe, la Madre de los Mexicanos.
Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas (1937/38), quien también abrió las puertas y acogió a los españoles republicanos que huían de la dictadura de Franco, más de cuatrocientas mujeres mexicanas regresaron a México desde China con sus hijos mexico-chinos y sus esposos. Esta repatriación continuó con el gobierno de López Mateos en los años ́60, dos repatriaciones oficiales de mexico-chinos que marcaron el antes y el después en las relaciones entre México y China. En los años 30 y 40, la población china no solo se quedaba en el norte del país mexicano, sino que comenzaron a llegar a la Ciudad de México, y en la Calle Dolores empezaron a establecerse, alrededor del Restaurante Shanghai.
A pesar de que durante algún tiempo, el barrio chino de la Ciudad de México gozó de mala reputación, en la actualidad es uno de los atractivos de la megalópolis, sobretodo durante las fiestas populares chinas, como la del Año Nuevo. Este barrio, el más pequeño en el mundo, está reguardando en la Calle de Dolores, por dos perros Fu, protectores en la cultura china, además de estar interrumpido por tres arcos: el Arco de la Amistad, traído desde China, el Arco Paifang, que imita la Ciudad Prohibida de Beijing, y el Arco llamado Puerta Luna, este último inaugurado en el año 2018. Al visitar este barrio los visitantes se adentrarán por un momento en la riqueza de la cultura china, en lo maravilloso de los olores y sabores de su comida, y en la fascinación por los colores y las fiestas. Sin duda, un lugar obligado en la Ciudad de México que no podemos dejar de visitar, de saborear y de disfrutar. |