La cuenta atrás para el turismo chino
Belén Dorado Marín de Espinosa
Tecnología y Economía // Nº 15, Marzo, 2023
La reciente noticia del fin del confinamiento en China, el pasado 8 de enero, ha hecho saltar la alarma al sector turístico, un sector que se ha visto mermado desde la llegada de esta inusitada pandemia. Los turistas chinos, los más demandados por esta industria, debido a la derrama que dejan en su viajes al extranjero, se preparan para salir, para conocer nuevas culturas y tener las mejores experiencias de su vida. La proximidad en la llegada de este turista al extranjero ha provocado que el sector comience a prepararse para atenderlo, aunque son muchos los que se han venido preparando para este momento y ahora solo esperan recoger los frutos.
El turista chino elevó su consumo en el extranjero de un 8% en 2010 a un 16% en 2019, siendo que en este año, después de tres años de no salir a viajar, todo vaticina que este porcentaje se verá elevado con singularidad. Todos quieren a los turistas chinos, principalmente porque su gasto es de 2500 euros promedio por cada viaje y turista, según nos comparte Nexotur, pero también es un turista muy codiciado por romper la estacionalidad del sector, recordemos que las vacaciones en China se concentran en Año Nuevo chino, alrededor de febrero, en mayo y en octubre, coincidiendo con la estas nacionales.
El turista chino está relacionado con el viaje desde muchos aspectos de su cultura, y en una actividad que se reonta a los albores de su propia cultura. Cada uno de los pensamientos que predominan en China está ligado de una u otra forma al viaje, que se entiende como algo más que salir del país. Los caracteres que componen la palabra Viaje en chino, son dos: Lü 旅 y You 游, un concepto que se relaciona con “Viajar y Pasear”, y cuyo origen se remonta a tiempos antiguos.
Mientras Lü 旅 debe ser comprendido como “caminar mientras sostienes banderas con compañeros”, You 游 se refiere a “moverse libremente en el espacio, imitando a los dioses y a los espíritus”. You 游 también es usado como parte de otros caracteres para designar palabras que evocan actividades que ocurren en la naturaleza: vagar, pasear, nadar o viajar, en definitivas cuentas, actividades que se encuadran en la naturaleza, y que están muy estrechamente relacionado con el pensamiento que denomino “turismo de montaña y agua”, haciendo alusión a una de las ramas de la pintura china. Éste aspecto es uno de los que debemos tener muy en cuenta a la hora de ofrecer productos destinados al turista chino. Comparados con los seres humanos, las características de los dioses y espíritus, tales como la libertad, aparecen cuando el individuo no tiene ataduras y ésta se obtiene cuando el individuo se encuentra en plena libertad. |
Podríamos decir que esta libertad del espíritu, que se asemeja a la libertad que experimentan los dioses e inmortales, es el valor esencial del turismo moderno; viajar para sentirse bien y desconectar de las obligaciones del día a día, unido a la necesidad de comprar, llevar regalos de regreso para sus allegados, en una cultura donde el regalo es un elemento de suma importancia.
El viajar vemos que está relacionado a la libertad, al desconectar de la rutina, pero al mismo tiempo es una actividad relacionada con el estatus de la persona. El viajar eleva la posición social, el mianzi que se concreta como uno de los aspectos más importantes del protocolo de los chinos, y que se configura como el elementos principal en el trato con personas chinas. Desde el punto de vista del confucianismo, el viajar se entiende como un acto de aprendizaje que nutre el espíritu y la mente, algo muy venerado en la figura de Confucio, quien abogaba por el ritual, la etiqueta y las buenas formas, elementos que forman la esencia del protocolo chino y que se han mantenido desde la época del Maestro Kong hasta la actualidad.
Fue Confucio la máxima figura en la defensa de la educación, y en su época era común que los sabios vagaran de ciudad en ciudad, como hiciera él mismo desde los 56 hasta la edad de 70 años, y los estudiantes buscaban a este tipo de maestros para seguirlos mientras aprendían, Confucio llegó a tener más de 3.000 discípulos. A este acto se le denominó en la lengua china LüXue 旅学“viajando y aprendiendo”, sinónimo de educación. La frase duwan juanshu; wanlilu 读万卷书;万里路 “Leer 10 mil libros; viajar 10 mil Li” fue la máxima de los escolares chinos, quienes veían que las herramientas para ser un discípulo digno de su maestro, era el conocimiento de los libros y el conocimiento de la vida, algo que se lograba a través del viaje.
Como vemos para el pensamiento original y para el pensamiento de Confucio, el viaje es visto de forma nada convencional a como lo concebido en la actualidad, pero aún tenemos otro pensamiento, ligado al individuo, que establecerá las pautas para lo que se considera viaje en la cultura china. Estamos hablando del Daoísmo, que comprendió que era la propia naturaleza la que podía servir de medio para alcanzar el objetivo: el autocultivo del individuo, y es la rama del daoísmo religioso, el que procede del taoísmo más romántico y religioso, aquel que explora el cielo y el universo, y que optan por el viaje como medio en la búsqueda de la inmortalidad. Si esto ocurre en el Daoísmo, el Budismo comprenderá la necesidad de los paseos, que fueron comunes durante la dinastía Wei y Jin, momento en que se construyeron templos budistas que se convertirán en posteriores centros de peregrinaje, ubicados como no podía ser de otra forma, en la naturaleza.
Con este viaje a través del pensamiento chino ligado al acto de viajar, la tarea para el sector del turismo chino no es nada simple ya que para poder hacer atractiva nuestra oferta dirigida al turista chino, debemos conocer un poco más acerca de quién es ese turista que tanto ansiamos en nuestros negocios, ya que no se trata solo de ofrecer sino de hacerlo con conciencia y sabiendo con quién estamos tratando, siendo que es este aspecto el que podría marcar la diferencia entre recibir turistas chinos o no, y entre que su producto esté de boca en boca al regreso a China o que pase desapercibido entre las muchas ofertas que el turista tiene a su alcance. |