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La caligrafía china: de chamanes a emperadores
Belén Dorado Marín de Espinosa
Arte y Cultura // Nº4, Junio, 2020
"La tradición dice que la pintura perfecciona la cultura, ayuda en las obligaciones morales, investiga en las divinas permutaciones (...) tiene los mismos méritos que cada uno de los "Seis Clásicos" y está en armonía con el pasaje de las cuatro estaciones. Esto surge de la naturaleza, y no fue creado por el hombre"
(Han Zhuo. 23 de julio de 1121. Obras completas bien versadas de montaña y río.) Como el resto de manifestaciones artísticas, la escritura nace en contextos antiguos, relacionados con culturas ancestrales en las que la figura de los chamanes es de suma importancia. Ahondar en la historia de la escritura china es, por tanto, regresar a la época de los legendarios protagonistas de su historia, época que tiene como personaje clave a la figura de Fuxi 伏羲, el creador de los Ocho Trigramas 八卦 considerados las primeras manifestaciones de la escritura en China. Pero Fuxi 伏羲 no estaba solo en ese momento ni fue el único responsable de tal manifestación cultural, sino que estuvo acompañado del mítico emperador Huang Di 皇帝, al que la leyenda lo considera el receptor de los primeros caracteres de manos de un dragón que emergió de las aguas del Río Amarillo. En esa época de chamanes, la adivinación era un aspecto de suma importancia. Todos los grandes eventos se consultaban a los oráculos, que eran interpretados por los chamanes. El chamán se valía de huesos de animales o caparazones de tortuga a los que aplicaba fuego para crear una serie de grietas en la superficies, mismas que eran interpretadas como buenos o malos augurios. Estas primeras incisiones crearon un tipo de escritura basada en símbolos (imágenes en su conjunto) que se irían concretando poco a poco como un tipo de escritura propia. La cultura antigua china creó un sistema de creencias basadas en la propia naturaleza. Los chamanes se convierten en mediadores entre el cielo y el resto de los mortales que habitan en la tierra, y además ocupan un lugar de mando dentro del acto de adivinación, del cual nace una manifestación tan importante como la escritura. Estos soportes primitivos, pronto comenzaron a tener otros materiales sobre los que plasmar auténticas historias. Uno de estos es el bronce, que predominó durante la época de los Zhou.
Los diferentes tipos de escritura, reciben un nombre, en muchos casos derivado del material sobre el que se inscriben. A este respecto tenemos la escritura llamada Primer Hueso de Oráculo (jiaguwen 甲骨文) o las Inscripciones en Metal (jinwen ⾦文), como las más representativas, y las de piedra (shiguwen ⽯鼓⽂), estas últimas utilizadas para escribir sobre estelas de piedra. A diferencia que en otras culturas, en la china la escritura se ha catalogado, considerado, valorado y apreciado como un arte más, al mismo nivel de la pintura, la arquitectura o la música. Así la escritura que adquiere una dimensión estética es llamada caligrafía, elevándolo a la categoría de las sumas artes, y siendo apreciadas como manifestaciones artísticas y no solo como un medio de comunicación. Este aprecio estético hacia la caligrafía acompaña a los chinos durante toda su vida, hasta el punto de que se podría decir que en todas ls etapas de su vida, la caligrafía ha tenido un papel importante. Cuando nace una persona los caracteres de congratulaciones adornan su álbum de fotos, cuando se casa duerme sobre un almohadón con los caracteres de doble felicidad, por su cumpleaños cuelgan en las casa el carácter de longevidad, en trazos enormes, y al final de su vida, escriben su biografía con caracteres. La caligrafía es por tanto, el arte por el cual se dota a la escritura de belleza, y se la considera como arte, lo que eleva su rango de la esfera de lo meramente utilitario o funcional a la esfera artística. |
Esta manifestación artística se convirtió en un arte independiente, que necesitaba de la copia de textos antiguos como método de aprendizaje, al igual que el resto de manifestaciones de la cultura china. En lengua china la palabra caligrafía se compone de los caracteres de “método” y “arte", confiriendo valores artísticos y estéticos a la escritura.Si la caligrafía está en todos los momentos de la vida de los chinos, podemos decir que es el arte que más se practica en China. Como una manifestación más, tuvo sus teóricos y expertos en técnicas, materiales, procedimientos y valores estéticos.
Es tanta la relación que existe entre la caligrafía y la pintura, que se dice popularmente que podemos escribir una pintura y pintar un poema, o como decía el famoso pintor y teórico Guo Xi la poesía es un cuadro sin formas, y la pintura es un poema con forma. Ambas manifestaciones artísticas comparten idénticos materiales, conocidos como los «Cuatro tesoros del ilustrado», que son: pincel, tinta, papel y piedra. Estos materiales, unidos al propio intelecto, hacen que estas manifestaciones se desarrollen plenamente.
Tanto la caligrafía como la pintura se convierten en manifestaciones capaces de, mediante el trazo, plasmar las propias emociones del poeta y al mismo tiempo elogiar una buena pintura. En ocasiones, las pinturas contiene pasajes relevantes de poemas de las dinastías más sobresalientes del momento, alabanzas a personajes, normalmente al dueño de la misma, o refranes de buen augurio. Es en la cultura china donde dos manifestaciones artísticas se fusionan con un mismo objetivo de expresar los sentimientos. Estas manifestaciones, que tanto tienen en común, perviven a lo largo de la historia de China como algo muy representativo de su cultura. La técnicas, materiales, soportes y temas han perdurado a través de los siglos entre las escuelas de pintura del país, que fueron muchas, y para lograr la destreza en cada una de las técnicas, el aspirante a pintor dedicaba muchas horas de su vida a la copia, un aspecto de gran índole confuciana. Es la observación de lo que nos rodea y la contemplación, desarrollada a través de la meditación, el motor principal de estas artes, y lo que convierte a los pintores en buenos o malos a ojos de los críticos de arte chinos. Los tratados de pintura hablan de cómo sostener el pincel, qué materiales elegir, de qué manera representar las horas del día, las barcas en los estanques, los colores a tratar y la simbología que refleja. La observación logra la destreza en el conocimiento de lo que nos rodea; la técnica fortalece plasmar las ideas en el soporte, los materiales facilitan que esto ocurra, y con el intelecto, y una vez dominadas las artes del pincel, el pintor olvida el método y comienza una aventura que, siguiendo las enseñanzas de los taoístas versa en la importancia de olvidar para aprender como por vez primera, pero con la experiencia anterior de lo vivido. Debes olvidar el pincel y la tinta poseerás el escenario real, decía Jing Hao 荆浩 en el siglo IX.
En estas condiciones es cuando surgen las más auténticas y bellas obras de arte, contempladas, copiadas y estudiadas por siglos entre los aspirantes a dominar esta técnica milenaria, y que no podemos olvidar que nacieron de la propia naturaleza y de las manos de antiguos chamanes. |