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El origen de una vida: Fertilidad en Medicina Tradicional China (MTC)
Vero López
Historia y Sociedad // Nº 6, Diciembre, 2020
Cada nuevo ser humano es único e irrepetible, con los mismos elementos se originan personas diferentes una y otra vez, no hay nada más creativo. Pero ¿cuándo surge?, ¿cuál es el acontecimiento concreto que marca la aparición de una persona?, ¿no te lo has parado a pensar?. En mi caso, trabajando con la acupuntura en tratamientos de fertilidad es imposible no pensar en ello. Sobre todo porque la MTC lo tiene muy claro y sitúa este momento de forma diferente a cómo lo hacemos en occidente. Por supuesto esa visión tiene una gran impronta social, ejemplo perfecto de que conocer la medicina china es fundamental para conocer su forma de pensar.
En occidente este momento está filosófica, espiritual, a nivel jurídico y cultural, vinculado al nacimiento. Muchos de nosotros tenemos una gran fiesta religiosa anual para conmemorar la llegada de un líder religioso, situada de forma muy concreta en el momento de su nacimiento. Incluso recreamos con figuras y maquetas el lugar exacto donde ocurrió, y narramos con canciones el ritual que celebra su llegada.
Cuando estaba embarazada, especialmente en el tercer trimestre, en España me pasaba continuamente que gente conocida y desconocida me decía: “estás esperando”, “el bebé está en camino”, “ya falta poquito para que llegue”. Yo estaba un poco asombrada de este tipo de enfoque, y les contestaba con humor “¿Falta poco para que llegue? No, ya está aquí! a menos de 10 centímetros de profundidad en este bulto, lo ves? ¡Yo noto que ya llegó! ¿Tú no lo notas?” Pero en China esto se ve diferente. El nacimiento es un momento muy importante por supuesto, pero tan solo como cambio de etapa. Para la MTC el origen de un ser humano está claramente identificado en el momento de la concepción. Además se considera que ese es uno de los momentos más determinantes e influyentes en la vida de un ser humano. Es su momento, el que marcará todo lo demás. Y los padres tiene un papel fundamental.
¿Por qué? Pues porque el aporte de materia/energía del óvulo y espermatozoide con los que se forma el embrión, es la base cuantitativa y cualitativamente más importante del ser humano. De ello dependerán los rasgos constitucionales básicos del ser humano, y también su fuerza y vitalidad. La materia implicada en esta fusión es lo que conoce bien nuestra medicina occidental: material genético etc. Pero la MTC suma el estudio del estado de esa materia, su energía, su nivel de vibración (vitalidad) medible incluso en una frecuencia de onda determinada. Dicho de otra forma, de la cantidad de voltios implicados en una fusión celular dependerá la cantidad de voltios resultante. El nivel de vitalidad de la materia determina su buen, regular o mal funcionamiento y también se hereda. Nos da el cómo, y determina entre otras cosas la resistencia de esa materia ante desequilibrios o situaciones de estrés, que van influir y mucho en que se desencadene patología o no. Pero vayamos por partes. Cuando hablo de la cantidad de voltios implicados en la fusión, no me refiero al mayor o menor empeño que le pongan los protagonistas en dicho momento, sino a su estado de salud. Cada portador de gameto (óvulo y espermatozoide) aporta una muestra exacta de sus fortalezas y carencias. Si de la madre se hereda una fuerte energía de Bazo-Páncreas que es fundamental por ejemplo para la capacidad de reflexión sin caer en obsesión, pero del padre se hereda un déficit de esta misma energía, la resultante puede ser buena, nunca tan fuerte como la de la madre, pero buena. Lo que se puede hacer con un tratamiento de MTC es potenciar esa capacidad en el padre, fortalecerla. Dentro siempre de las posibilidades que marque su constitución, pero sí podemos ponerla a punto y generar que esté lo mejor posible. De esa forma sus gametos heredarán la mejor versión posible de esa energía. ¡Nada desdeñable! Cosas así pueden marcar la diferencia a la hora de responder ante una enfermedad, y que esta sólo nos influya un poco en lugar de producir un gran desgaste. Esto no es ajeno a otras medicinas, todo el mundo lo acepta como obvio: el estado de salud de los padres influye en la salud de su hijos. Lo que pasa es que como no conocen el sistema energético, no tienen recursos para actuar sobre la vitalidad. Como mucho hay unos consejos generales: comer bien, hacer ejercicio… cosas que valen para cualquier situación. Sin embargo la MTC concreta hasta un nivel de detalle impresionante, cómo funciona esta vitalidad y cómo actuar sobre ella. Y esa es la gran diferencia. Sabe qué aspectos influyen en la vitalidad de los gametos, en la membrana del óvulo, en su fecundación, cuáles en la implantación y endometrio uterino, y en el embarazo según sus etapas, cuáles en la nutrición y desarrollo del feto… Y no menos importante, la recuperación bioenergética óptima para la madre después del parto. Esto son solo algunos ejemplos.
¿Cómo influye este conocimiento en la sociedad? Como en cualquier cultura, los conocimientos básicos de su medicina son conocidos y manejados en el día a día. Por ejemplo todos tenemos una cultura básica sobre medicamentos sin receta y sus usos, cuándo es probable que se necesite una operación, a qué tipo de profesional sanitario acudir según unos síntomas determinados… En China la MTC está muy viva, y por lo tanto también lo está su conocimiento en la sociedad. Tiene fuertes fundamentos filosóficos y miles de años de antigüedad. Es útil y se la considera válida e imprescindible, pues la medicina occidental no la sustituye sino que la complementa. Por lo tanto, la sociedad China conoce la influencia de su estado físico y energético en la salud de sus hijos, y sabe que puede actuar sobre ello. Este conocimiento deriva en una gran responsabilidad sobre la salud propia. Pero también en la asunción del papel de padre/madre antes ya de la fecundación. Como acupuntura me di cuenta de esto y me pareció muy interesante. Pero como estudiante de sociología que también soy, me pregunto si la MTC influye también en la definición de este rol parental. En occidente ser padre/madre es en gran medida una responsabilidad de guía y acompañante mientras nos necesiten. En China este papel es mucho más de toma de decisiones. Desde antes de nacer los padres tiene el poder de influir en la nueva vida. Está en su mano la salud y la calidad de vida de sus hijos. Ellos deben decidir y hacer lo que es mejor para sus hijos. Este es el punto de partida en la relación progenitores/descendencia, son más “hacedores” de esa vida que “cuidadores”. ¿Pero esto dónde termina? Porque empezamos con la herencia energética, después la alimentación, luego lo que deben estudiar, dónde vivir… Lo que no marca la MTC es donde termina este rol, o cuando hay que cambiar y darles las riendas a los hijos. Esto no es fácil porque el concepto de responsabilidad sobre la salud no se termina nunca, es una constante en MTC. Y además es indivisible de la vida social, laboral, emocional… Siguiendo con la fertilidad, veamos cómo se concreta esta visión. Según la MTC ya desde que se desarrolla en el útero materno, el embrión coge impulso de la pila energética heredada. De embrión pasa a ser feto, y de feto a bebé que estará preparado para nacer cuando ya pueda comer y respirar por sí mismo. Pero después de nacer, los saltos de etapa de la vida también son impulsados por esta batería. La MTC marca estos cambios cada 7 años en las mujeres y cada 8 en los hombres. Y en estos momentos de cambio, en nuestra herencia bioenergética se está reseteando y soltando un gran chorro de energía para los miles de cambios físico-químicos que se producen ahí. Según la MTC estos cambios duran algo menos de un año, y son momentos muy vulnerables. Es importante evitar durante estas etapas, situaciones que requieran grandes gastos energéticos. Sino el desgaste sobre nuestro organismo será mucho mayor que si ocurren en otro momento. Muchas situaciones no están en nuestras manos, pero hay otras en las que podemos decidir el cuándo: por ejemplo la decisión de tener un bebé, mudarse de casa, arrancar un proyecto laboral en el que llevas tiempo pensando. La MTC recomienda esperar a haber cambiado de etapa. Tu pila energética heredada se desgastará menos y tu estado de salud estará mejor para afrontar nuevos retos. También el resto de tu vida se verá menos perjudicada, pues la pila heredada no se recarga. La vamos gastando a mayor o menor velocidad, y cuanto más se gaste menos energía vital tenemos. |
Volvamos a la respiración y la alimentación. El embrión se mantiene en el útero maternos hasta que desarrolla los sistemas necesarios para ser autónomo en estas dos funciones. Ellas son las fuentes de energía adquiridas que van a sustentar las funciones vitales. De la calidad de la energía recibida por estas dos fuentes, dependerá lo que necesitamos suplementar de energía heredada para nuestras funciones vitales, es decir, de nuestros padres heredamos un crédito base, fundamental para dar los principales saltos en nuestra vida: pagar la carrera, comprar una casa, pensión de jubilación. Y de la cantidad de recursos que por nuestra cuenta consigamos y de su calidad, dependerá lo que necesitemos recurrir a los ahorros heredados.
«Después de la concepción de la persona, el Jing es lo primero que se forma. A continuación, el Jing forma el cerebro y la médula ósea. Los huesos se convierten en el tronco, los vasos se convierten en el Ying y los músculos adquieren firmeza. La carne se convierte en una pared, el Jing es duro y a continuación crece el pelo y el cuerpo».
Para ser justos hay que destacar que las mujeres occidentales han retrasado en muchos países su momento para ser madres en comparación con las chinas. Por lo tanto hay una sensación de prisa o de falta de tiempo que no solo es consecuencia del estilo de vida occidental. Pero en occidente el concepto de estar preparado para tener un hijo va más asociado a situaciones económicas y a estar emocionalmente preparado.
De hecho, en occidente se suele dar por hecho la fertilidad óptima hasta que aparecen problemas para conseguir un embarazo natural. La fertilidad es eso con lo que debemos lidiar desde el inicio de la vida sexual poniendo medidas de control. Se da por hecho que todo el mundo es fértil y que eliminando las barreras se producirá un embarazo. No se le presta más atención que la de lidiar con algo molesto. Pero cuando el objetivo cambia y queremos utilizar esa faceta, y si encima no funciona, la gente lo vive con mucha frustración: “Llevo toda la vida haciendo esfuerzos contigo ¿y ahora que quiero tener un hijo vas tú y no apareces? Y todo el dinero que me he gastado en condones ¿qué estaba, haciendo el tonto? ¡Me siento engañad@!”
La relación entre salud y fertilidad es por lo tanto en occidente una relación en negativo. Las parejas lo viven como una afrenta del destino, con mucha frustración. Una barrera en su salud que les impide llegar al objetivo de ser padres. Sigue siendo una vivencia muy centrada en los progenitores. No aparece el concepto de salud de los bebés hasta que el embarazo ya está en marcha. A la espera de una relación más igualitaria entre las dos culturas, en occidente no estamos absorbiendo lo bueno del enfoque chino con respecto a este tema. La interconexión cultural está haciendo porosa las barreras que nos separan pero no en ambas partes por igual. No porque no haya posibilidades para hacerlo, sino porque falta visión. En China lo ha entendido y han integrado muy bien la medicina moderna occidental sin prejuicio a su medicina tradicional, pues son perfectamente complementarias, no restan ni se perjudican sino todo lo contrario. En el otro lado de la barrera sigue pendiente la capacidad de aprender de China. En occidente tendríamos muchos aspectos positivos derivados de integrar conceptos de la MTC, y esto no se está produciendo, o es muy minoritario. Conceptos, visiones, enfoques… El camino para mejorar la fertilidad en MTC es un camino orgánico, armónico, equilibrado, que deriva en un incremento del estado de salud general. La MTC no regula una cosa a costa de otra en el organismo, sino que regula el conjunto para que eso que queremos resolver se vea por decirlo así, aupado por todo lo demás. Y esta capacidad complementa mucho el trabajo de apoyo a la fertilidad, o incluso de la fertilidad asistida que realizan ginecólogos especializados y que cada vez es más frecuente. Potencia, suma y aumenta el porcentaje de éxitos, y por supuesto también la calidad de vida durante ese proceso. Es muy común que tras un tratamiento otras pequeñas cosas se regulen y desaparezcan. Un ejemplo perfecto de esto es la influencia sobre el ciclo de la menstruación. Muchas pacientes tras acudir a consulta descubren que una regla energéticamente equilibrada es una regla sin dolor. No hay variaciones apenas de fechas, con un ritmo natural que propicia una actitud mental y emocional de introspección placentera y muy productiva a nivel de reflexión y perspectiva, la regla se convierte en una experiencia positiva. Y este proceso cuando sucede se vive con sorpresa, cuando debería ser la norma. Y por supuesto, el sentido de la espera, el concepto de la preparación, el estar trabajando para que nuestro bebé tenga la mejor salud posible, da un sentido a la espera y pone a los padres y madres en ese rol desde antes de tener el bebé. El propio tratamiento de MTC, generalmente acupuntura, produce un estado de calma, de incremento de la salud y de aceptación del proceso que aporta mucha paz a las parejas de occidente. Hay un giro, un cambio en el enfoque. Y es que una de la características de la MTC es empoderar al paciente. Darle las herramientas de información para hacerlo co-responsable de su salud. El médico en MTC y el paciente son un equipo y las decisiones últimas las toma un paciente informado. Juntos trabajarán y se informarán mutuamente con honestidad. Un paciente empoderado es el principio para una buena gestión del tratamiento y de la circunstancia que lo llevó a ser tratado. Y quien vive esa experiencia, suele hacerse más responsable de su salud de ahí en adelante. Actualmente en occidente se investiga cómo el papel del paciente empoderado tiene relación al cáncer, a su buena gestión y porcentaje de resolución con éxito. China lleva fomentando ese rol desde hace 5000 años, como mínimo. Escuchemos más. |