La añoranza de lo prohibido: "Deseando Amar" de Wong Karwai
RESEÑA POR CRISTINA SIERRA
Recomendaciones // Nº16, Junio, 2023
Deseando Amar 花樣年華; 花样年华 Director: Wong Karwai Año: 2000
«Reinaba la intranquilidad. Ella, tímida, inclinaba la cabeza...Para que él se acercase. Pero a él le faltaba el valor. Ella dio media vuelta y se alejó»
El director nos traslada al Hong Kong de 1962. El Sr. Chow, uno de los personajes que compone la pareja protagonista, se muda con su esposa a un edificio habitado por residentes de Shanghái. Allí es donde conoce a la Sra. Suen, una joven que también acababa de instalarse recientemente en el apartamento de al lado con su esposo, quien está ausente y continuamente de viaje de negocios.
Como la mujer del Sr. Chow también se ausenta con frecuencia por compromisos y viajes laborales, Suen y Chow acaban entablando una gran amistad y pasando la mayor parte del tiempo en compañía el uno del otro. La confianza y la conexión que los une hace que intimen cada vez más, hasta poder compartir un secreto que ambos habían descubierto sobre sus respectivos cónyuges.
Deseando Amar se podría definir como una obra precisa, que muestra solamente lo estrictamente necesario y cuyos entornos tan solo se van abriendo conforme el amor de los protagonistas va creciendo: desde los estrechos pasillos de sus residencias y del pasadizo de puestos de comida callejera hasta la amplitud de la calle bajo la incesante lluvia que, lejos de adormecer sus sentimientos y aclarar sus mentes, parece expresar con fuerza torrencial sus más íntimos deseos de estar juntos. El tema central —Yumeji’s Theme—, que asalta al espectador en los planos exteriores, se percibe como un golpe de realidad que aleja al público de los propios anhelos de los protagonistas y a la vez produce un acercamiento a los sentimientos más ocultos, sumidos entre los silencios y la soledad. El espacio crece ante la latente censura social conforme los amantes van enamorándose cada vez más. Sin embargo, los sentimientos más puros del ser humano no tienen lugar en el entramado social y se ven encorsetados en reglas morales.
Wong Karwai nos abre la herida hacia el sufrimiento humano por el autocontrol; por establecer límites al deseo, a la pasión y al amor. La contradicción que padece el ser humano entre lo que debe hacer y lo que desea hacer, a pesar de que los protagonistas sufran en sus vidas rutinarias de la más profunda soledad. La ausencia de los respectivos marido y mujer de los protagonistas destaca por la omisión de sus rostros en pantalla y su presencia tan solo se refleja en cuerpos que se desplazan de espaldas o voces sin cuerpo, en presencias ausentes que se pierden entre la bruma onírica de los escenarios.
Esa gran amistad va tomando la forma de un amor imposible —uno de los principales temas de la obra del director—. Un sentimiento que nace desde la más pura inocencia de sus protagonistas, sin esperarlo, sin querer. A ojos del espectador, podría parecer que la pareja estaba predestinada a encontrarse, pero no en esta vida; tal vez en las siguientes, a pesar de vivir encuentros esporádicos en diferentes escenarios o aunque se busquen sin encontrarse. La casualidad de los encuentros es la causalidad del nacimiento de su amor; pero en esta vida eso es un designio que resulta imposible. Incluso en el final alternativo del largometraje, Chow y Suen vuelven a encontrarse tras años de lo acontecido en la historia principal, pero siguen teniendo las mismas vidas; siguen encontrándose en la misma realidad, dos almas en los mismos cuerpos con las vidas definidas, predeterminadas.
La insoluble tristeza reposa en sus ojos a la luz de las lámparas de luz rojiza en la habitación 2046. Pasan tiempo juntos, como amigos, pero ambos saben que llegará el día en el que todo acabará, aunque eso les marque de por vida. Esos encuentros furtivos, su doble vida y la impotencia que genera el autocontrol irrumpen en pantalla. Los protagonistas pasan sus días haciéndose compañía y escribiendo juntos novelas de artes marciales. Sin embargo, no sabemos qué ocurre tras esa puerta del hotel cuando el espectador no está siendo testigo: los paneos de cámara y los planos tras distintos objetos del entorno hacen sentir a quienes observan que son testigos del pecado, de lo prohibido.
El paso del tiempo se difumina ante los ojos del espectador, mezclando planos en diferentes momentos que crean esa distorsión cronológica. Sin embargo, se podría destacar que los qibao que cubren el cuerpo de la Sra. Suen, a quien le da vida la actriz Maggie Cheung, son la sutil pista ofrecida al espectador de en qué momento de los acontecimientos se encuentra la acción en las escenas. En palabras del director, la actriz llegó a enfundarse hasta una veintena de qibao que diseccionarán el entramado del tiempo en el largometraje.
Esa difusión del tiempo y del espacio con lo que está aconteciendo en pantalla mezcla lo que ocurrió con lo que podría haber ocurrido; con lo que tal vez ocurrió. Wong Karwai deja esas piezas del rompecabezas a la interpretación del espectador, que tan solo observa lo que aparece en pantalla de forma superficial, pero que puede interpretar qué es lo que está sucediendo realmente entre los amantes detrás de las cámaras. Es una película para observar desde la mente, desde la interpretación, aunque la magnífica fotografía y los planos guiarán a los testigos tras el otro lado de la pantalla. Nos despedimos de los amantes con un sabor amargo y con el golpe de realidad de que nada ha cambiado entre ellos; todo lo que ha ocurrido permanece como el mayor de los secretos y ahora pertenece al pasado, como si nada hubiera acontecido a ojos de los demás personajes del largometraje.
Las últimas escenas hacen que el espectador se arrepienta por ellos, ya que con tal de respetar las convenciones sociales, evitar posibles escándalos y el qué dirán, encadenan su vida a lo que se debe hacer y no a lo que realmente les haría felices, condenándose a sí mismos a una vida en la más profunda soledad: él, víctima de la melancolía, la soledad y los deseos frustrados, recorrerá otros espacios dentro del universo onírico de Wong Karwai —como se puede interpretar en la película 2046—; y ella, símbolo de corrección y aceptación social, seguirá su vida de casada con un marido ausente.
Fuentes: Tráiler: https://www.youtube.com/watch?v=1nqIKZLiZtk Sinopsis extraída y adaptada de Filmaffinity https://www.filmaffinity.com/es/film412209.html Imágenes extraídas de la película y editadas por la autora.