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Mercado limpio, consumo responsable: política pública sanitaria en China
Luis Mondragón Aguilar
Tecnología y Economía // Nº4, Junio, 2020
Quien no conoce la historia, está condenado a repetirla y no hay menor duda que China lo ejemplifica. Testigo de varios brotes en criaderos de animales y víctima de dos epidemias, el país no ha tomado las acciones pertinentes para reducir los brotes en mercados húmedos y frenar el comercio de especies exóticas. Más allá de presentar un análisis remarcando las acciones que han ocasionado la actual pandemia, el objetivo de éste es presentar una posible propuesta de política pública que aborde las medidas de sanidad en los establecimientos comerciales y detenga el comercio y consumo de especies exóticas. Dicha política pública tiene como nombre “Mercado limpio, consumo responsable” y para abordarla, se hará un breve recuento de los antecedentes y de los brotes del SARS y de la COVID-19; al igual que un análisis de los instrumentos jurídicos nacionales e internacionales que la sustentarán. Finalmente, dicha política pública será construida desde el marco teórico de la Economía Circular. Se espera que el análisis sea de utilidad en la comprensión de la actual pandemia, pero lo que en realidad se pretende es que el lector tome consciencia sobre el reto común de la sustentabilidad y la cooperación a doble nivel. La base del análisis será la propuesta de Economía Circular (EC), que es un modelo socioeconómico de producción concebido en años recientes por la Ellen MacArthur Foundation en el Reino Unido y tiene como objetivo dejar del lado el modelo de economía lineal –la cual está sustentada en el extractivismo y consumo- por uno que permita la restauración natural de los recursos y maximizando la utilidad de los productos (Hopkinson et al, 2018); en simples palabras, es cambiar la mentalidad de lo nuevo es mejor por una basada en reutilizar, reducir y reciclar. De acuerdo a Esposito et al (2018), la EC tiene cinco rasgos fundamentales que implican reutilizar, reparar, reciclar, ecodiseño, suministro sustentable y consumo responsable:
1.Diseño sin residuo: diseñar productos con el menor residuo posible; en caso de haber, que éste pueda ser reutilizado. 2.Resiliencia a través de la diversidad: contar con múltiples alternativas y producción en diferentes escalas. 3.Energía renovable: preservar combustibles fósiles con sistemas que utilicen energías verdes. 4.Pensar en sistemas: visualizar los diferentes componentes de la EC como una máquina en la cual hay interacción entre las partes para obtener resultados. 5.Pensar en cascada: imitar el sistema de desarrollo de la naturaleza en forma de cascada para producir productos que sean reutilizados en diferentes etapas de la EC. De igual manera, la EC propone la gobernanza de redes y programas de acción conjunta; en sí es encontrar maneras en que las empresas y las industrias trabajen en conjunto para la maximización y renovación de los recursos dejando a un lado la competencia y el oportunismo propio de las economías lineales (Mathews et al, 2018). Un buen ejemplo de este modelo, están los parques industriales creados en China a partir de año 2001; los parques eco-industriales (PEI) han tenido un importante papel en la vida económica del país y hasta el 2014 había 26 construidos y 59 por concretarse (Mathews et al, 2018). Algunos de estos PEI son el Parque Industrial China- Singapur en Suzhou, el Área Técnico-económica en Tianjin, Parque Industrial Shanghái Xinzhuan o la Zona de Libre Comercio de Zhangjiagang. En síntesis, la EC es un modelo que responde al dilema de la finitud de los recursos maximizándolos a través de acciones que favorezcan la cooperación entre las partes con el fin de obtener más calidad que cantidad; es cambiar el crecimiento y desarrollo por la sustentabilidad natural. Antecedentes y brote del SARS-COV-2
Para comprender este análisis, se debe entender la dinámica de los mercados húmedos y el papel que han representado en China y en Asia Oriental. Este tipo de mercados tuvo su origen en la dinastía Ming –provincias sureñas del país- y durante el siglo XIX tomaron gran popularidad debido a las mercancías y a las regalías (Lynteris, 2016). Como definición, un mercado húmedo es un establecimiento comercial en el que se encuentran todo tipo de alimentos, desde especias, frutas y verdura hasta productos de origen animal; se denominan “húmedos” para diferenciarlos de otros establecimientos que venden productos envasados o empaquetados, así mismo se les conoce por ese nombre debido al constante uso de agua para la limpieza de la mercancía (Beech, 2020). La población de China y de varios países asiáticos prefieren estos mercados debido a la calidad y frescura de los productos, ya que son creencias populares que consumir animales frescos y salvajes es más nutritivo que los de criadero y según la Medicina Tradicional China, ciertas especies cuentan con propiedades curativas; en efecto, dichos establecimientos forman parte importante de la vida urbana del país. Por principalmente en Hong Kong y en las otro lado, han tomado popularidad en Occidente como puntos exóticos de turismo y son un recuerdo de las hambrunas que el país ha sufrido. Debido a lo mencionado anteriormente, los mercados húmedos reciben cargamentos diarios de diferentes especies que provienen de diferentes hábitats; los animales son transportados en condiciones mínimas de higiene, están almacenados por largo tiempo en los establecimientos comerciales y mantienen contacto con otras especies. De los brotes que China ha reportado a la Organización Mundial de la Salud (OMS), ninguno tuvo el impacto que tuvo el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS por sus siglas en inglés) del 2003; esta enfermedad es causada por el virus SARS-COV y se piensa que éste tuvo origen en la civeta (paradoxurus hermaphroditus). La epidemia del SARS empezó en la provincia de Cantón y rápidamente se expandió a Hong Kong y a varios países. Como medidas de prevención para futuras epidemias, el gobierno chino comenzó una serie de planes de contingencias para crisis de salud pública, estableció una oficina permanente para respuesta a emergencias y publicó la Ley de Respuesta a Emergencias en 2006; pero el control de los mercados húmedos y el comercio de vida silvestre sólo fue prohibido hasta el fin del SARS (Zhuang, 2013). Contrario a las recomendaciones de la OMS y de renombrados científicos chinos, los mercados húmedos y el comercio de animales salvajes continuó; sólo era cuestión de tiempo para que apareciera un nuevo brote. Finales de diciembre del año 2019, la ciudad de Wuhan - capital de la provincia de Hubei- reporta los primeros casos de neumonía atípica; los pacientes infectados tenían en común haber visitado el mercado húmedo de mariscos de Huanan. Las autoridades sanitarias deciden cerrar y desinfectar dicho mercado el primero de enero del 2020. Debido al rápido contagio, Wuhan es puesta en cuarentena el 23 de enero y días después la provincia de Hubei. El 4 de febrero se registra una baja en los contagios fuera de la provincia de Hubei y el 19, ocho regiones provinciales reportan cero casos. Para finales de febrero China comienza a controlar la pandemia, se reportan pocos casos de transmisión comunitaria pero se elevan los de importación. Para el 8 de abril, Wuhan sale de cuarentena y para mediados del mismo mes, los hospitales temporales cierran. Si bien el origen del nuevo coronavirus sigue siendo incierto, y más allá de las teorías de conspiración, se cree que el virus brincó a los humanos desde un pangolín (manis pentadactyla) que fungió como portador intermedio al infectarse con un murciélago de herradura (rhinolophus ferrumequinum) (Briggs, 2020). Medidas actuales Con el fin de evitar nuevos brotes, a mediados de febrero, la Asamblea Popular reforzó la Ley de Protección a la Vida Salvaje promulgada en 1988 y prohibió el consumo y comercio de especies exóticas. Activistas ambientales y científicos han felicitado a China por la medida y aseguran que el país está tomando el camino correcto. Sin embargo, estas medidas no restringen la cría de dichas especies para comercializar sus pieles y para la Medicina Tradicional China; además de que los mercados húmedos seguirán vendiendo especies comunes para la alimentación, como aves, ranas y tortugas (para el lector occidental dichas especies pueden parecer exóticas, pero en China son de tan comunes en su consumo que actualmente provienen de criaderos). A pesar de que la comunidad internacional está presionando al país para cerrar los mercados húmedos, los chinos no están acostumbrados al consumo de alimentos congelados. No obstante, la ciudad de Shenzhen, en la provincia de Cantón, prohibió el consumo de perros y gatos; lo que pueda dar inicio a un efecto dominó para que otras ciudades y provincias prohíban el consumo de animales no aptos para el consumo humano. |
Marco jurídico para las políticas públicas
A nivel internacional, el país ha firmado la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) en 1981 y el Convenio sobre Diversidad Biológica en 1993. Basándose en el CITES, los artículos 2, 7, 9 y 10 son de utilidad para posibles políticas públicas debido a que estipulan respectivamente qué especies pueden entrar a la clasificación de especies amenazadas, tipos de sanciones y confiscación, autoridades administrativas y científicas y documentos comparables para comercio con países que no han firmado la Convención. Así mismo lo es el Convenio en los artículos 6, 8 y 10; medidas generales a los efectos de la conservación y la utilización sostenible, conservación in situ y utilización sostenible de los componentes de la diversidad biológica. De igual manera, China puede hacer uso de los objetivos de la Agenda 2030 para las políticas públicas; sobre todo el objetivo 2 (Hambre Cero), 11 (Ciudades y Comercios Sostenibles), 13 (Acción por el Clima) y 15 (Vida de Ecosistemas Terrestres). A pesar de que no hay registro si el país es parte de la Declaración de Río de 1992, se pueden utilizar los principios 1 (armonía con la naturaleza), 2 (uso de recursos sin dañar el medio ambiente más allá de la jurisdicción nacional), 7 (cooperación internacional para proteger y restaurar ecosistemas), 8 (eliminación de producción y consumo insostenible), 11 (leyes eficaces), 13 (legislación nacional) y 15 (criterio de precaución). En cuanto a nivel nacional se refiere, las políticas públicas deben de estar sustentadas en la Constitución de la República Popular China y en la Ley de Protección a la Vida Salvaje. Siendo más específicos, los artículos 9 y 26 serían el inicio, ya que el primero marca que el pueblo –a través del Estado Chino- posee los recursos naturales y el segundo habla sobre la protección al medio ambiente. Mientras que la Ley de Protección a la Vida Salvaje, en sus artículos 27 (prohibición de la compra-venta y uso de especies protegidas) y 30 (prohibición de consumo y productos de especies protegidas). Además, la Constitución y la Ley se podrán apoyar en la Ley de Pesca, la Ley de Crianza de Animales, la Oficina Nacional de Silvicultura y Pastizales, la Oficina Nacional de Pesca, el Ministerio de Recursos Naturales y el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales. En cuanto a la promulgación de los proyectos de políticas públicas, es facultad de la Asamblea Popular Nacional (artículo 62 constitucional), del Presidente (artículo 80 constitucional), del Consejo de Estado (artículo 89), de las Asambleas Locales (artículo 100 constitucional) y de las Asambleas de las Regiones Autónomas (artículo 116 constitucional); en cuanto a estas dos últimas, deben de ir de acuerdo a las leyes nacionales y ser aprobadas por la Asamblea Nacional antes de entrar en vigencia. Pese a la burocracia de China, hay una gran ventaja en la posibilidad de crear políticas públicas y se materializan en dos escenarios; 1) las provincias redactan y promulgan leyes y políticas para prohibir el comercio, consumo de vida salvaje y actividades en mercados húmedos (tal como lo hizo Shenzhen recientemente) y 2) si a nivel nacional se promulgan leyes y políticas más amplias y severas, las provincias no podrán ir en contra de éstas. Empero, todavía hay una gran cantidad de vacíos en las leyes chinas, por lo que las leyes y políticas públicas podrían ser anuladas. A nivel nacional, el artículo 8 y 9 constitucionales expresan que el Estado debe proteger el interés legítimo de los colectivos urbanos y rurales y desarrollar la garantía colectiva a través del aprovechamiento de recursos; según un reporte de 2017, el comercio y consumo de vida salvaje emplea a 14 millones de personas y genera ganancias de $74 billones de dólares estadounidenses, por lo que podría haber un interés económico sobre la prevención de brotes (McCarthy, 2020). Así mismo, la Ley de Protección a la Vida Salvaje sólo protege de la caza y consumo a especies protegidas y clasificadas en la Lista de Vida Salvaje bajo la Protección Especial del Estado, por lo que todavía quedan especies a expensas del comercio y consumo humano; sin embargo, se espera que con la reciente prohibición se pueda aumentar la protección a más.
Posible proyecto de política pública A manera de recapitulación, China necesita implementar políticas públicas que eviten nuevos brotes de virus y favorezcan la economía circular, dicho proyecto debe de basarse en tres pautas: 1) mayores controles de higiene en mercados húmedos y especies con certificación de criadero, 2) implementar una estrategia para crear actividades económicas rentables que eviten que los nacionales se dediquen a la comercialización de especies exóticas y 3) mitigar la demanda de productos de especies exóticas. La propuesta de política pública tendrá como nombre “Mercado limpio, consumo responsable” y será de carácter nacional –o provincial en caso de que la legislación nacional tarde en concretarse- pero de supervisión regional. En el hipotético caso de que la política pública sea exitosa, ésta se podrá exportar a otras partes de Asia donde haya mercados húmedos y una demanda de productos de especies exóticas. Teóricamente, la política pública de la EC llama a la creación de un sistema alternativo de micro desarrollo para familias dedicadas a la caza y comercio de especies exóticas; es cambiar el consumo y modo de vida chinos a través de la institucionalización de principios de consumo responsable, consumo local e higiene en establecimientos comerciales. El punto es crear un consumo local basado en ciclos naturales para evitar la transportación de productos vegetales y animales de otras partes y la destrucción de ecosistemas para cumplir con la demanda de ciertos productos. De igual manera, se pueden fomentar criaderos sustentables que repliquen los modelos de los PEI ya existentes. Jurídicamente, la política pública “Mercado limpio, consumo responsable” tendrá que basar sus acciones en primera instancia en las recomendaciones de la OMS para los mercados húmedos; principalmente la identificación y correcta eliminación de animales enfermos (OMS, 2020). Para lograr llenar el vacío económico que dejó el comercio de animales exóticos, se deberá aplicar el objetivo 11 de la Agenda 2030 y los principios 2 y 8 de la Declaración de Río; estas actividades económicas pueden estar relacionadas a producción de alimentos con certificación de criadero –con ayuda de las oficinas y ministerios chinos correspondientes- o algún oficio, ya que la idea es que se fomente la economía local. Como resultado, el consumo responsable y local deberá permitir a las especies antiguamente cazadas, recuperar su población y su hábitat; por ende, se debe de comenzar un plan de acción basado en los artículos 6 y 8 del Convenio sobre Diversidad Biológica, el objetivo 15 de la Agenda 2030, el artículo sexto constitucional y la Ley de Protección a la Vida Salvaje para asegurar que las especies y sus ecosistemas estén seguros de la intervención humana. Sin embargo, se debe de estar consciente que el comercio de especies no cesará inmediatamente, por lo anterior deben de fortalecer las leyes y endurecer las sanciones –nacionales e internacionales- tal cual lo expresa la Declaración de Río en sus principios 11 y 13; en cuanto al comercio legal, se deben aplicar los artículos correspondientes del CITES. Así mismo, la política pública y los planes de acción mencionados deben de reforzarse con campañas de información y concientización sobre mercados antihigiénicos y el comercio y consumo de animales exóticos; lo anterior con el objetivo de reducir la demanda en el consumo de especies no aptas para consumo humano. En términos genéricos, es encontrar la armonía con la naturaleza –como lo expresa la Declaración de Río- pero garantizando el desarrollo de los chinos. Conclusión Desde mi perspectiva, la propuesta de política pública “Mercado limpio, consumo responsable” tiene un limitado sustento jurídico internacional debido a que no hay tratados que contemplen medidas de sanidad en mercados o el comercio de especies no aptas para consumo humano; aunque el principio de precaución funciona como un herramienta útil. Inclusive, la falta de protocolos internacionales en las materias anteriores es también una causa de la actual pandemia; no me sorprendería que después de la COVID, la OMS y varias organizaciones pertenecientes al sistema de Naciones Unidas comiencen conferencias y celebren tratados sobre las condiciones en los mercados y la sana alimentación; el mundo no necesita más protocolos sobre manejo de pandemias, se requiere de acciones que las eviten y que acaben con las causas profundas. Lamentablemente, las conferencias futuras se centrarán en inculpar a China por los efectos de la pandemia y la comunidad internacional hará presionará para que se cierren los mercados húmedos a nivel mundial. Finalmente, el SARS-CoV-2 es una consecuencia más de un sistema de producción que prioriza la cantidad y no la calidad; claro ejemplo es Estados Unidos, la economía más poderosa colapsó ante un enemigo microscópico. La pandemia es una oportunidad para replantear la economía, los papeles en la sociedad y las relaciones internacionales; es la puesta en acción del octavo principio de la Declaración de Río, eliminación de la producción insostenible. Pienso que la pandemia es sólo el inicio de eventos catastróficos que a largo plazo causarán la destrucción del planeta y la extinción de la especie humana. Igualmente, la verdadera acción contra el cambio climático y contra eventos como la pandemia, sólo se podrán vencer con una verdadera cooperación internacional y tomando en cuenta que hay objetivos comunes; si se repiten los errores actuales de irresponsabilidad ante las crisis y politizar la situación para encontrar culpables ante la propia inacción, la batalla contra el cambio climático está pérdida. En un futuro no tan lejano, en vez de implementar un desarrollo global sustentable, veremos una destrucción global imparable. |