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El teatro de sombras chino: herencia de China al mundo
Belén Dorado Marín de Espinosa
Arte y Cultura // Nº 9, Septiembre, 2021
Es por todos conocida la maravilla del teatro de sombras chinescas que, desde siglos ha estado entreteniendo a los niños y no tan niños, del Reino del Centro. Confeccionado a mano, con tiras de pieles de animales a los que se daba forma con la paciencia que solo los chinos pueden demostrar, las figuras cobran forma para sorprender a todos en el juego que se crea entre luces y sombras y que, ambientado como lo hicieran las películas mudas, con música como acompañamiento, logran un exquisito ejemplo de combinación de artes.
Son las sombras chinas, y el teatro que se conforma alrededor del conjunto de elementos, uno de los entretenimiento que, a través de la Ruta de Seda se internó para quedarse en muchos países, en muchas culturas lejanas en esos tiempos. Es el caso de Turquía, por poner alguno, donde podemos encontrar una influencia indiscutible de esta manifestación chinesca. El nombre con el que se conoce en China el teatro de sombras es yingxi, de ying , “sombra” , y xi , “teatro”, o también recibe el nombre de piyingxi, de cuero, sombra y teatro, al ser estos elementos los que dotan a esta manifestación de la magia que posee y que lo convierte en una manifestación entrañable.
Antiguamente el teatro de sombras era iluminado por grandes faroles de aceite que más tarde se fueron sustituyendo por luz artificial, al igual pasó con la música que acompaña la historia representada, que al principio era interpretada por el propio actor, quien también movía los títeres y modulaba la voz en función del personaje, pero que más tarde se apoyarían de instrumentos musicales y de grabaciones para adatarse a los nuevos tiempos. La música, así como las historias narradas, dependen de la región de China en la que se estuviesen interpretando, por lo que en el teatro de sombras se cuenta parte de la historia popular de las diversas zonas que conforman China. Se dice que el teatro de sombras chino fue popularizado por los budistas, ya que les ayudaba a explicar de forma ilustrativa la transmutación del alma a sus creyentes.
Karagozis, en Turquía, representa uno de los ejemplos de esta fusión cultural que se dio en estos caminos transitados por miles de personas de miles de países diferentes y de tradiciones muy diversas. La historia de este personaje, extraído de la cultura popular, se representa en muchas ocasiones a través del teatro de sombras que, heredado de China pasó a formar parte de las diversiones de los turcos. No solo la forma de proyectar la historia, sino también la presentación de los personajes así como la confección de sus atuendos y escenarios, está hecho a la manera china, como se venía haciendo en el Reino del Medio desde que, en la época del Emperador Wu, un señor llamado Shao Wong, presentara una escena de teatro de sombras al propio emperador, quien estaba muy apenado por la muerte de su esposa. Tan claro y real parecía el teatro que le mostraron al Emperador, que éste mismo creyó estar hablando con su esposa, lo que le motivó a recuperar la salud en poco tiempo. Es por esto que el teatro de sombras parece que tuvo su origen en la resucitación de antepasados y culto a los muertos, incluso la tela que hace de decorado para la proyección de las sombras, es conocida como “velo de la muerte”. |
Esta manifestación artística se extendíó a otros lugares de Europa y Asia, a través de la Ruta de la Seda principalmente, y una de las razones pudo ser que los ejércitos mandados por el emperador para hacer negocios e incursiones en otros reinos o tierras desconocidas, eran acompañados por artistas del teatro de sombras, encargados de entretener a las tropas en los momentos de diversión.
A donde iban los ejércitos iba el teatro de sombras, que era visto no solo por los soldados, sino también por los habitantes de los lugares a donde llegaban esos ejércitos. Se sabe que en la corte de Genghis Khan el teatro de sombras fue una actividad muy recurrente. Si así fue en la corte del Gran Khan esta influencia también llegará a otros puntos del globo, como la mencionada Turquía donde hay un museo dedicado a la figura de Karagozis y al teatro de sombras, arte que sin duda debe su existencia al trasiego de viajeros que rondaban por la Ruta de la Seda. Hoy en día el teatro de sombras sigue muy vivo en China, pero donde sigue vivo y seguirá por mucho es en las paredes de los cuartos de los más pequeños quienes, con sus manos, representan el mundo en la pared, ayudándose de la luz y de la sombra, del Yin y del Yang, tan propios de la cultura china.
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