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La Sala de China en el Museo de las Culturas de la Ciudad de México, recuerdos del Galeón de Manila
Editorial
México en China, China en México// Nº2, Diciembre, 2019
Ubicado en las cercanías de Palacio de Gobierno, allí donde los antiguos habitantes de Tenochtitlán decidieron asentar su ciudad, y donde más tarde se erigiese la Catedral Metropolitana, se erige el Museo de las Culturas de la Ciudad de México, un edificio de gran majestuosidad entre cuyas paredes se encuentra la Sala de China, entre otras exhibiciones.
Este espacio, ubicado en la Calle de la Moneda 13, fue el primer museo de la ciudad, y permaneció como tal hasta el año de 1965, cuando los vestigios prehispánicos que albergaba emigraron a Chapultepec, y este edificio pasó a ser el Museo de las Culturas, referido a las culturas de los cinco continentes, y con una colección sobre China lo suficientemente diversa como para que el espectador se haga una idea de la magnanimidad que alberga la cultura china, de las artes que produce y de las maravillas que, a bordo del Galeón de Manila, llegaban a México procedente de Filipinas. Con la curaduría de la antropóloga Silvia Seligson, la Sala de China está estructurada en tres secciones que abordan las Creencias tradicionales, el Florecimiento cultural y el Intercambio comercial a través del famoso Galeón de Manila, que por más de 250 años navegó desde Filipinas —donde se concentraban las mercancías de gran parte de Asia a México. El Museo cuenta con tres salas. De la primera de ellas, la dedicada a las creencias, nos presenta las dos religiones más profesadas en China, de las cuales beben todas sus manifestaciones artísticas y conforma la identidad del ser chino. El visitante es recibido en este espacio por los maravillosos y imponentes Guerreros de Terracota, aquellos mandados hacer por el Gran Emperador de China y destinados a proteger su mausoleo y cuerpo. Los Guerreros de Terracota, símbolo de la historia universal del arte y emblema de China, presentan los atributos propios de los guerreros de la época dorada de la cultura china, y sorprenden por su magnificencia.
El segundo de los espacios es el consagrado al Florecimiento Cultural, destinado a presentar la importancia de la Ruta de la Seda en la conformación del Imperio Chino. Productos propios de este espacio son las sedas, de gran relevancia en la época de esplendor de estas rutas comerciales, y muy estimadas en todas las cortes del Mediterráneo, Europa y la propia Asia. La seda, invento que se atribuye a la esposa del Gran Emperador de China 皇帝, adquirió gran fama en todo el mundo, y fueron producto de intercambio entre los diferentes pueblos que comerciaban con China, quien cambiaba estas fibras por especias y otros productos desconocidos en la tierra milenaria. |
Junto con la seda, en este espacio de florecimiento cultural no podían faltar las artes del pincel, como son la caligrafía, la pintura y la poesía, consideradas como las artes de los letrados. Estas tres manifestaciones artísticas poseen elementos en común, desde los materiales, hasta las técnicas, y son manifestaciones tan cercanas que entre los chinos se puede pintar una poesía y escribir una pintura. El tintero, la tinta, el papel y el pincel se conocen como los cuatro tesoros del letrado 四宝, y son elementos que convierten a estas artes en algo más que escritura o pintura, sino en una manifestación híbrida entre el mundo de las letras y el mundo de la imagen.
El tercero de los espacios de este Museo de las Culturas es el dedicado a la danza, la ópera, el canto… siendo el ejemplo más sonado el de la famosa Ópera de Beijing, sus actores, papeles y obras significativas como la del Rey Mono, para cuya interpretación los actores podían prepararse toda su vida. Las máscaras de la ópera así como los instrumentos típicos son uno de los atractivos para los visitantes. La porcelana concebida como una de las artes más características y sofisticadas de la cultura china, es uno de los productos más solicitados, que viajaban junto con la seda, en los barcos procedentes del Galeón de Manila desde Filipinas a México. La porcelana china alcanzó niveles de elevada calidad lo que la convirtió en un producto de lujo que cualquier corte deseaba exhibir y que, como cuenta la antropóloga Silvia Seligson, es una de las artes que más influencia dejó en la famosa porcelana de Puebla. Algo muy significativo es la exhibición de un mantón de Manila, de creación contemporánea, y que es muestra de las relaciones e influencias que ambas culturas depositaron entre sí, y que dieron lugar a una serie de artes de gran simbiosis entre ambas culturas. El Museo Nacional de las Culturas se encuentra en la Calle de la Moneda número 13, en la capital mexicana, y está abierto de martes a domingo, de 10:00 a 17:00 horas. La entrada es gratuita. |