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Li Qingzhao, una mujer valiente
Mariana Guerrero
Arte y Cultura // Nº 9, Septiembre, 2021
La excelente poetisa Li Qingzhao, una mujer de múltiples talentos, una mujer con la fuerza feminista de este siglo, pero en un siglo profundamente patriarcal, gobernado por la dinastía Song (960-1279), nació en 1083 en la provincia de Shandong (Jinan), en el seno de una familia muy culta: su padre era un alto funcionario y su madre una intelectual. Esta familia a diferencia de la sociedad en la que vivía tenía una ideología más libre, y la impulsó a estudiar y a escribir poesía.
Creció en un entorno donde se destacaba la inspiración lírica, de niña era capaz de recitar más de 100 poemas. En su juventud también sobresalió en la interpretación con la lira, el mahjong, la pintura y la caligrafía. Frecuentaba lugares de encuentro de hombres poetas; en aquella época las mujeres que participaban eran las cortesanas, las mujeres respetables no estaba bien visto que lo hicieran. Según cuenta la historia, se reunían los intelectuales de la poesía en torno a una mesa con vino, e iban diciendo dos versos por poeta y así componían sus poemas. En su obra destacan sus temas sobre el alcohol, como, por ejemplo, en el poema “Como en sueños”, donde escribe:
Anoche hizo fuerte viento, pero la lluvia fue poco precipitada, y el buen dormir no me aplaca la resaca (fragmento). Se casó muy joven con Zhao Mincheng –paleógrafo– e hijo de un importante funcionario, con quien compartía un gran interés por las colecciones de arte y la literatura. Tenían una vida muy feliz y enriquecedora, donde ambos eran muy talentosos. Li estaba muy enamorada de su marido y lo traducía en su poesía, como se expone en el poema: “A la melodía de Jian zi Mu Lan hua” (‘Flor de magnolia’ abreviada): Al vendedor ambulante me he comprado un ramo con capullos de flores de primavera. El ramo lleva aún, como si fueran lágrimas, crepúsculo rojo y roció matutino, o por lo menos, sus huellas. Preocupada porque a mi marido, le parezca que la flor es más bonita que mi cara, me pongo las flores en la patilla. Espero que compare la flor y mi cara, una al lado de la otra, y me diga cuál es la más bonita. En el ciclo de conferencias de “Literatura China Clásica” del profesor Sun Xintang oí la anécdota de que el matrimonio gustaba de comprar muchas obras de arte; así una vez sucedió que había una obra de arte muy costosa y ellos decidieron alquilar la misma por dos días, y disfrutarla en su hogar. Entre otras actividades lúdicas, la pareja tenía un juego entre ellos, en el cual uno elegía un libro al azar y luego la otra persona tenía que decir cuál era el contenido del mismo. Años después la pareja se mudó a la ciudad de Kaifeng, y viajaron por motivo de trabajo, llevándose 15 carros completos de obra arte. Las ausencias de su marido por motivos de trabajo fue la inspiración de muchos de sus poemas, como el titulado, “A la melodía de Zhu Hua Yin” (‘Ebriedad en la sombra de flores’): |
Ligeras nieblas, densas nubes, tristeza y melancolía todos los días, del incensario dorado de forma felina el perfume de ‘sesos de dragón’ revolotea. Llega la fiesta del Doble nueve acostada dentro de la colgadura de gasa y apoyada en la almohada de jade, siento el frío penetrante de la medianoche que todo el cuerpo me rodea. He tomado mucho hasta después del atardecer al lado del seto de bambú del este y una clara fragancia en las mangas se me cuela. No me digas que el otoño frío no entristece a la gente, observa que la persona está más delgada que la flor del crisantemo cuando el poniente remueve la cortina de perlas. Otras de las leyendas en torno al matrimonio, cuenta que el marido se encerró durante tres días para poder escribir un poema mejor que ella; luego le dio a elegir a 12 amigos entre el suyo y el de su esposa. Estos dijeron que el que realizó ella era mucho mejor. Con la caída de los Song del norte (año 1126) y la instauración de la Dinastía Jin (del año 1115/1234) la pareja se instaló en Nanjing, en 1128, perdiendo gran parte de su colección de arte.
En el año 1129, su esposo fallece a los 44 años por problemas de salud, y ella se sumerge en una gran tristeza, refugiándose con su hermano en la ciudad de Hangzhou (1132). Sin embargo, logra salvar los borradores de su esposo sobre su obra académica. Tiempo después, se vuelve a casar, aunque su marido sólo quiere sus obras de arte, y ella decide a las tres semanas solicitar el divorcio. Según la ley de la época, si lograba divorciarse pasaría 2 años en la cárcel. Sus amigos la ayudaron y solo quedó 9 días en prisión. Los grandes cambios que transcurrieron en su vida le dieron a Li Qinzhao una gran riqueza temática y madurez artística, como podemos ver en este fragmento de un poema de la autora: Quince años ha, bajo la luna, me dedicaste un poema, improvisado entre las flores. Ahora, de nuevo estoy aquí. Las flores, parecen las de antes y la luna, es siempre la misma Más, ¡qué distinto es lo que siento! Al final de su vida Li Qinzhao dedica sus poemas a la vejez y la muerte, con una obra cargada de gran melancolía, ya que se ha ido su juventud y el amor de su vida. Este artículo fue publicado originalmente en la Revista “Amigos de Uruguay China”, en Julio de 2021 |