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Dowager Cixi
Celeste Toricez
Historia y Sociedad // Nº 8, Junio, 2021
A menudo cuando pensamos en China, se nos vienen a la cabeza imágenes de importantes emperadores, como Qin Shi Huang, figuras políticas como Mao Ze Dong, o exitosos hombres de negocios como Jack Ma, creador de Alibaba, pero, ¿Qué importantes mujeres han sido y son parte de la gran cultura china? ¿Quiénes son la Emperatriz Cixi, Soong Meiling o Peng Liyuan?
Al igual que en el resto del mundo, la vida de la mujer en China se ha visto limitada por una sociedad patriarcal que las ha dejado al margen de los grandes libros de historia. Durante largos siglos, las mujeres se veían limitadas frente a las "tres obediencias", las mujeres chinas debían obedecer a su padre antes de casarse, a su marido durante el matrimonio, y a sus hijos si quedaba viuda; y frente a las "Cuatro Virtudes", que requerían que las mujeres mostraran fidelidad, belleza física, propiedad al hablar y eficiencia en la costura. No es hasta entrado el siglo XX que se comienza a modificar considerablemente la vida de la mujer en China. Parece difícil encontrar, en este contexto, mujeres que pudieran ocupar un rol importante dentro de esta gran cultura asiática, sin embargo, no son pocas las mujeres que a pesar de las adversidades han logrado demostrar su valía y vivir impresionantes e influyentes vidas. En esta oportunidad, vamos a conocer la vida de una emperatriz que, contemporánea a la Reina Victoria del Reino Unido, gobernó el Imperio Chino durante el siglo más crítico de su historia: Dowager Cixi. También conocida como "La Emperatriz Viuda", fue la gobernante del imperio Qing tardío por casi cinco décadas desde 1861 hasta 1902. A pesar de no haber tenido nunca el poder formal, logró convertirse en la autoridad máxima de la casa imperial Manchú, guiando al pueblo chino hacia el inicio del siglo XX y al ocaso del sistema dinástico. Así, fue una de las únicas mujeres en alcanzar tal poder sobre el estado chino. Cixi gobernó durante uno de los períodos más turbulentos de la historia China. Siendo la última gran gobernante del período imperial chino, debió lidiar con grandes problemas tanto de origen domésticos como extranjeros. Su predecesor, el emperador Xianfeng, enfrentó colosales problemas tales como el inicio de la rebelión Taiping, que dejó a un tercio de china bajo control de los rebeldes, y la invasión británico-francesa que dio inicio a la segunda Guerra del Opio, sucesora de la primera guerra en donde se debieron concesionar varios puertos y Hong Kong al Reino Unido.
Tras muchos siglos de poco contacto con el mundo exterior, China se encontraba ahora sometida a las fuerzas imperialistas extranjeras y su tecnología moderna. Así, durante todo el siglo XIX, el imperio chino quedó en una situación muy desfavorable, considerándose este como el "siglo de los tratados desiguales". Dentro de un proceso de fuerte choque cultural entre oriente y occidente, China se encontraba ante el dilema de modernizarse e integrarse a un mundo que aún no comprendía o continuar con su tradicional administración del estado, con un ya evidente atraso tecnológico. Cixi era una de las concubinas de bajo rango del emperador Xianfeng, pero en 1856 dio a luz al único hijo varón del emperador. Tras el fallecimiento de Xianfeng, su hijo de seis años se convirtió en el emperador Tongzhi, y los asuntos del Estado fueron puestos en manos de un consejo conformado por ocho antiguos oficiales. Unos meses después, Cixi y la consorte del ex-emperador Xianfeng, Ci'an, orquestaron juntas un golpe de estado logrando que el mando fuera transferido a ambas mujeres como custodias del emperador menor de edad. |
Bajo su mandato, el ya debilitado imperialismo chino pasó por un período temporario de revitalización. La gran rebelión Taiping (1850-1864) que había devastado el sur de China fue finalmente sofocada, al igual que la Rebelión Nian (1853-1868) en las provincias del norte. Se crearon escuelas para el estudio de lenguas extranjeras, se construyó armamento y se instauró la primera oficina de asuntos externos en China. Internamente, se realizaron esfuerzos para terminar con la corrupción. Bajo el dominio de Cixi, China construyó sus primeras vías férreas, se instalaron telégrafos, se introdujo la electricidad, los barcos a vapor, la minería moderna y los primeros periódicos.
A pesar de que la custodia sobre Tongzhi terminó en 1873, luego de que este alcanzara la mayoría de edad, Cixi continuó involucrada en los asuntos estatales. Luego de la pronta muerte de Tongzhi en 1875, Cixi decidió adoptar a su sobrino de tres años y nombrarlo heredero al trono, quien se convirtió en el emperador Guangxu. Las dos emperatrices, Cixi y Ci'an, continuaron su labor como custodias del niño, pero, luego de la repentina muerte de Ci'an en 1881, Cixi se convirtió en la única custodia del emperador. En 1889, cuando el emperador Guangxu formalmente asumió el poder, Cixi nominalmente cedió el control del gobierno y se retiró al magnífico y renovado palacio de verano de Beijing, aunque sin dejar de estar involucrada en los asuntos estatales. Sin embargo, en 1898, pocos años después de la dura derrota de China en la guerra sino-japonesa (1894-1895), el emperador Guangxu, bajo la influencia de un grupo de reformistas, llevó a cabo un número de reformas radicales destinadas a renovar y modernizar el gobierno chino y eliminar la corrupción. Los nuevos reformistas fueron vencidos, Guangxu fue enviado a arresto domiciliario y Cixi tomó nuevamente el control en nombre del joven emperador. Al año siguiente, Cixi comenzó a apoyar a aquellos oficiales que estaban llevando a cabo la rebelión anti-imperialista de los Boxers, un violento movimiento anti-extranjero y anti-cristiano, en donde 100 extranjeros fueron asesinados y las legiones extranjeras en Beijing quedaron rodeadas. Sin embargo, poco después, una coalición de tropas extranjeras capturó la capital y Cixi fue forzada a salir de la ciudad y aceptar términos muy desfavorables, lo que significó una gran pérdida para China.
Cuando volvió a la capital, en un último esfuerzo, lanzó una nueva serie de reformas entre las que se legalizaba el matrimonio entre la etnia Han y Manchú, prohibió la terrible tradición del vendaje de pies a las mujeres de etnia Han, se amplió la libertad de prensa y, en 1906, Cixi incluso anunció que China se transformaría en una monarquía institucional con elecciones. Aunque estas reformas no se llevaron a cabo en su totalidad, fueron de gran significado para la época. Cixi murió finalmente en 1908, exactamente un día después que su sobrino y emperador, Guangxu, nombrando a quien ocuparía la última vacante del trono imperial, el niño emperador Puyi, hasta 1911 cuando finalmente cayó el imperio. A pesar de las adversidades de la segunda mitad del siglo XIX, Dowager Cixi logró mantener las riendas del poder y sostener el imperio Manchú por casi cinco décadas, sorteando grandes rebeliones internas e incursiones extranjeras que continuaban debilitando a China. Hasta la fecha, Cixi sigue siendo una figura controvertida que es percibida por algunos como una gran reformadora y por otros como una mujer manipuladora que no supo llevar las reformas a tiempo. La emperatriz viuda fue sin duda una de las mujeres más poderosas de la historia de China. |