El retrato de China en «La buena tierra» de Pearl S. Buck
María Fernanda De la Peña Juárez
Historia y Sociedad // Nº4, Junio, 2020
"Estar contentos con poco es difícil; con mucho, imposible.” -Pearl S. Buck- ¿Qué tanto sabemos sobre la historia de China? Cuando uno se acerca al tema y posa su atención al gigante asiático se puede dar cuenta que China ha tenido una gran cantidad de momentos y cambios políticos sumamente bruscos a lo largo de su historia. Y es que a veces es confuso comprender cómo un imperio tan antiguo cuyas dinastías se extienden desde el 221 a.C. hasta casi principios del siglo XX, pasó de ser una de las civilizaciones más antiguas y tradicionales, a ser uno de los principales representantes de la doctrina comunista, para finalmente ser hoy día una de las naciones con mayor poder económico a nivel mundial. Los golpes de estado; las guerras; los cambios en la ideología, la sociedad y la cultura... los constantes movimientos en su historia y la manera en que la nación se ha adaptado a ellos son algo digno de admirar y estudiar. Y aunque en ocasiones nos pique la hormiga de la curiosidad por saber un poco más sobre la historia de alguna nación o sobre algún episodio en particular, el hormiguero suele ser terreno hostil la mayor parte del tiempo. Acercarse a la historia suele ser en ocasiones abrumador e intimidante, porque para la mayor parte de los lectores el panorama que encuentran es el de una serie de datos concretos que se presentan la mayor parte del tiempo de forma aislada y que no permiten rastrear el hilo que une cada acontecimiento. Ese hilo que a manera de vinculo permite trazar las rutas y los momentos mediante los cuales comprendemos lo que pasó y cómo pasó; una vez que el hilo da vueltas, continúa, zigzagea y se desenreda, se tejen las anécdotas mediante las cuales se vuelve más noble la presentación del conocimiento. Es por eso que en esta ocasión quiero recomendar por medio de una reseña analítica, una de las obras que no sólo debe ser retomada por todo aquel conocedor en cultura e historia de China, sino que además merece ser consultada por todo aquel curioso que se acerca al tema, ya que logra representar un panorama histórico sumamente complejo de forma sencilla. En La buena tierra el lector se adentra en una historia donde el relato de la vida cotidiana de un personaje se convierte a su vez en la presentación de una serie de cambios políticos y contextuales, de tal manera que al finalizar el texto podrá darse cuenta de cómo por medio de un relato entretenido pudo acercarse conocer y ciertos momentos históricos. La mejor manera de recordar algo es vivirlo o vincularlo con una experiencia. En este momento somos parte de la historia... una historia que después será recreada y reinterpretada; Pearl S. Buck, esta obra ganadora de un premio Pulitzer, sigue esta premisa en la cual invita a lector a vivir de la mano del protagonista épocas de transición que son más sencillas de entender para quien se acerca por primera vez al tema, al dejar de analizarlas desde categorías filosóficas y abstractas, y abordarlas desde la postura de un testigo. La historia narra la vida y experiencias de Wang Lung, un campesino de la China imperial pre-revolucionaria quien vive con su padre anciano, el cual le arregla un matrimonio con una esclava perteneciente a la casa Hwang. La esclava de nombre O-lan, será el personaje secundario de la novela al trazar nuevas rutas ante los problemas y darle soluciones prácticas al protagonista; muchas de las decisiones tomadas por Wang Lung al inicio de la narración son guiadas o impulsadas por O-lan. Tras su llegada, O-lan adquiere el papel de mujer de la casa, haciéndose cargo tanto de su esposo como de su suegro; este personaje nos permite comprender y acercarnos un poco a la cultura de momento y al pensamiento confuciano relacionado con la piedad filial y el orden establecido en el seno familiar chino. Si bien, O-lan se apega a las normas a seguir de la época para ser considerada una buena esposa, de igual forma la situación económica de la familia la obliga a trabajar por igual con su marido en los campos. Tras poco tiempo ella logra concebir un hijo varón, el cual será motivo de dicha para nuestro protagonista; la llegada de este niño parece dar inicio a una racha de suerte que llevará al personaje principal a adentrarse en las vivencias relatadas en el libro. Tras el nacimiento de su primer hijo O-lan viste al niño de forma especial, y acompañada por Wang Lung, va a presentarlo a la casa donde sirvió por muchos años. El protagonista tras llegar a la casa Hwang, se percata de lo mucho que ha cambiado su vida en un año, cuando llegó avergonzado y con las manos vacías a recoger a su mujer sintiéndose inferior y avergonzado. Es en ese momento que Wang Lung comenzará a generar un sentimiento de interés por la casa Hwang, mismo que se incrementa cuando al final de la visita O-lan le comenta sobre la mala racha por la cual están pasando en la casa y el hecho de que su fortuna esté disminuyendo a pasos agigantados, situación que está obligando a la familia a vender sus tierras. Este último elemento es de vital importancia ya que la tierra marca el eje rector de casi toda la novela, permitiendo al lector trazar una ruptura entre la china dinástica y los inicios de la decadencia nacional, la cual lleva al inminente surgimiento del nacionalismo chino representado por la Kuomintang. Wang Lung, habiendo ahorrado sabiamente el dinero de sus fructíferas cosechas de ese año, se decide a comprar tierras de la casa de Hwang. Poco a poco la idea, que empezó como una simple forma de prosperar y crecer económicamente, se vuelve una cuestión personal. El protagonista se esfuerza incansablemente en superar su sentimiento de inferioridad social por medio de la compra de tierras pertenecientes a la casa Hwang; aquellos que despertaron ese sentimiento en él, y buscando ser igual que ellos. La buena racha de la familia Wang no disminuye, engendran más hijos y poseen más tierras, por lo cual hay mucho trabajo y más ganancias, pero esto se interrumpe cuando llega una muy mala cosecha. Todos los habitantes de ese poblado incluidos Wang Lung y su familia, entran en desesperación; ya no hay comida, todo fue saqueado y las tierras se niegan a producir buenos productos a falta de la temporada de lluvias. Es así que la novela nos permite conocer la manera en que se construía la realidad en las zonas rurales de la China dinástica; toda la fortuna de los hombres estaba ligada a la tierra y por lo tanto al azar de la naturaleza. Al detenerse la agricultura no pasaba mucho tiempo para que los animales que servían como apoyo para el cultivo fueran sacrificados y consumidos por las personas. Al escasear los animales, la gente echaba mano de las pocas hierbas y maleza que encontraban pero, al término de éstas y en vista de la necesidad, los poblados colapsaban comiendo todo aquello a lo cual pudieran tener acceso; creando así nuevas costumbres entorno a la alimentación.
|
El protagonista se sitúa y le presenta al lector un panorama donde se exponen los inicios de la revolución; pero aunque en el pueblo se comienzan a gestar la ideas de inconformidad y las esperanzas de una vida similar a la que llevaban los aristócratas, el motivo principal de Wang Lung, un hombre cuya vida y realidad están ligadas al campo, es el anhelo y la necesidad de volver a su tierra. Lo anterior es posible gracias a la invasión que se da en la ciudad, en donde él y O-lan por medio del saqueo consiguen hacerse de suficiente oro, dinero y joyas para poder volver a su antigua vida.
Este momento en la narración nos permite ser testigos de otro hito histórico donde las problemáticas germinan en un golpe de Estado que le pone fin a una forma de gobierno milenaria; nos acerca no sólo a los inicios de la revolución, sino también a los enfrentamientos bélicos entre China y Japón. Todo lo anterior culmina en la aparición de la célula nacionalista China: la base de la doctrina comunista. En un inicio la narración permite al lector acercarse a un estilo de vida simple y equilibrado, denotando lo simple y noble que puede parecer la vida rural de aquel tiempo; la tierra aparece como un elemento importante, sin embargo uno no cae en cuenta de cuánto es su valor hasta que se presenta un escenario tan catastrófico. Es importante destacar que Pearl S. Buck no sólo se centra en Wang Lung, sino que retoma e integra activamente a todos aquellos personajes que lo rodean; entre ellos O-lan. Durante este tiempo de crisis, el lector puede encontrar una brecha en la narración que le permite visualizar el papel de la maternidad en tiempos de crisis: al momento en que la autora presenta la capacidad de decisión de esta mujer ante las circunstancias que vive, nos invita a acercarnos a un tema sumamente basto; el papel de los hijos, y por lo tanto el de la madre, en el núcleo familiar de aquella época. Al perdurar la crisis y no conseguir alimentos, Wang Lung y su familia desesperados y moribundos, se ven obligados a partir rumbo a la ciudad para poder conseguir trabajo y alimentos, iniciando su marcha hacia el sur. A su llegada hacen una casa improvisada, sobreviviendo de limosnas y del trabajo obtenido por Wang Lung como “chofer” de rickshaws. La ciudad se convierte en el polo opuesto de la historia, es el punto de comparación entre la vida rural que Wang Lung solía llevar, misma que parece representar a gran parte de la población china, contra la modernidad y la innovación de occidente que llega al núcleo urbano con la autorización previa de la familia imperial; la cual al momento antepone La buena tierra de Pearl S. la vanguardia a la tradición y las necesidades inminentes de un pueblo desamparado y hambriento. Con el transcurrir de los días, Wang Lung se percata y guía al lector a descubrir cómo la desigualdad social del momento es abismal; la riqueza de las clases aristocráticas Chinas y de los extranjeros no se compara con la hambruna y la decadencia máxima en la cual viven los campesinos, quienes ignoran por completo la existencia de un sector de la sociedad tan acaudalado. En el caso de Wang Lung, la riqueza y opulencia que conoce en la ciudad no se compara a aquella que conoció en su momento con la familia Hwang. De esta forma el protagonista acerca al lector a vislumbrar la forma en que se comienza a gestar la semilla de la inconformidad y la rebeldía en la población marginada; el pueblo comienza a despertar y visualizar el abuso de los soldados, la opulencia de lo que hay “detrás del muro” (es decir del palacio), así como la cantidad de comida y productos que se venden para los extranjeros en comparación con el hambre mortal que tiene que soportar el pueblo. A su regreso, los personajes se dedican a reparar la casa y los campos, posteriormente Wang Lung consigue comprar todas las tierras que alguna vez pertenecieron a la casa de Hwang, misma que quedó en la ruina tras la adicción del dueño por el opio, lo cual lo llevó a la quiebra. En este punto la novela nos permite cuestionarnos y a su vez acercarnos a otro tema de vital importancia para la época; la presencia y la popularidad del opio.
Algo a destacar de este texto es la forma en que la autora plasma la línea de vida del protagonista, ya que el desarrollo de la narración no cuenta con un “inicio-desarrollo-término” que gire en torno a una sola situación, en ese sentido el relato se acerca a lo que sería la historia de vida de cualquier persona; momentos de crisis que son precedidos por momentos de estabilidad que dependen de la toma de decisión y de las circunstancias. Es así que se logra generar un sentimiento de empatía entre el lector y la historia de vida del protagonista; quien al paso de los años logra hacer que sus tierras prosperen y deja de lado la hambruna y la pobreza. Sin embargo, la estabilidad en su economía y su estilo de vida continúan estando sujetas a la naturaleza. Posteriormente, al envejecer Wang Lung se enfrenta a nuevas problemáticas; el ocio lo guía a las casas de té y las prostitutas, mientras el correr del tiempo lo enfrenta directamente con sus hijos y el cambio generacional. Es así como Pearl S. Buck nos lleva a dar otro giro de reflexión para dar cuenta que, los cambios a lo largo del tiempo traen consigo cambios de ideología que se ven directamente reflejados en las generaciones familiares que coexisten en determinado tiempo... Los hijos de Wang Lung no entienden la realidad de la manera en que él lo hacía, no comprenden el valor del trabajo ni de la tierra, y las circunstancias de vida de Wang Lung lo llevan a cambiar su estilo de vida y la forma en que actúa o responde ante ciertos acontecimientos. De esta manera el personaje no es un ente inactivo que se deja llevar por la corriente de la trama, sino que se sitúa como un sujeto activo que no sólo está dentro de la trama, sino que actúa conscientemente dentro de ella modificándola. La narración nos llevará hasta el término de vida del personaje, quien al final permite dar cuenta de algo sumamente importante al lector... todo a lo largo de la historia y el tiempo de vida de Wang Lung cambia, pero aquello que se mantiene fluyendo a lo largo de todo el desarrollo de la obra como una constante son sus convicciones y deseos, mismos que lo acompañan hasta su muerte; la tierra, ya que ésta es el inicio y el fin, lo único valioso y bueno. Uno de los elementos que dotan de gran riqueza a este libro es el hecho de que invita al lector a conocer un periodo de transición histórico sumamente complejo de una forma gentil, acercándolo de igual manera a hitos históricos de una forma distinta la tradicional; no se apega a mostrar causas o consecuencias concretas, ni presenta la vida de un personaje políticamente destacado que participó activamente en la consumación de los movimientos... la historia relata la vida cotidiana de un personaje del pueblo, un personaje igual a muchos otros que conformaban a la nación china; y sin embargo presenta las particularidades de ese individuo y de esa vida. De igual forma permite al público acercarse a conocer ciertas costumbres y tradiciones presentes en la vida cotidiana y la cultura china de la época. La manera en que esta relatada la historia nos permite reflexionar en torno a cómo Wang Lung fue consciente de los grandes acontecimientos que se suscitaban en su entorno no por medio de las grandes abstracciones y explicaciones de los sucesos, sino de tal manera en que lo que pasaba repercutía directamente en su vida cotidiana; ya que si bien los acontecimientos históricos influyen en las vidas de quienes los experimentan en ese momento, las vidas de esos individuos no giran en torno a lo que aconteció, sino en torno a vivir y sobrellevar día a día su propia realidad. |