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Panorama general del socialismo en China: una breve trayectoria histórica a través de los carteles de propaganda
María Fernanda de la Peña Juárez
Historia y Sociedad // Nº 6, Diciembre, 2020
“En los años cincuenta, la gente sentía devoción por el nuevo gobierno comunista y estaba dispuesta a hacer lo que fuera que el partido dijera. Por ejemplo, Mao dijo que los gorriones se comían los cultivos, y así, al poco tiempo lanzaron una campaña para la caza del gorrión. En dos años, el gorrión fue casi una especie desaparecida en China. Tontos que no sabíamos que trastocaría la sabiduría de la naturaleza, pues los gorriones no sólo se comían los cultivos sino también los insectos, que aumentaron y trajeron plagas en todas las áreas donde no había gorriones. Pero era tal la pasión que había que nadie hacía caso a las explicaciones científicas”
Liao Yiwu, El paseante de cadáveres
Liao Yiwu, El paseante de cadáveres
La historia de China se manifiesta como un proceso complejo y rico para todo aquel interesado en el tema, desde la configuración interna y los constantes contactos con diversas poblaciones, la riqueza de su cultura se encuentra en comprender la integración paulatina de elementos externos que reconfiguran y reinventan las condiciones internas sin perder su esencia; aun en la época contemporánea el gran dilema de la sociedad China es buscar nuevos caminos para abrirse al exterior sin perder el orden ya establecido en su sociedad.
El presente artículo busca exponer al lector de la forma más resumida y clara posible, uno de los procesos de mayor complejidad en la historia de China, cuya importancia radica no sólo en ser uno de los escenarios más complejos, sino además, en ser un acontecimiento que ayudó a definir la estructura de la nación China como la conocemos hoy en día.
En la actualidad vivimos en un mundo sumamente visual, nos informamos, educamos y apoyamos por medio de los materiales gráficos y las imágenes, por lo cual en esta ocasión se hará uso de carteles producidos durante el siglo XX cuya finalidad es doble: por un lado aportar al lector una imagen sobre los temas que se desarrollan a continuación, y por el otro hacerlo consciente del valor y la importancia de estas imágenes. Es importante mencionar que los carteles durante el régimen socialista fueron una forma de educar a las grandes masas, quienes casi en su mayoría eran analfabetas; por ello los carteles no sólo sirvieron en su momento para promocionar el régimen, sino para poder transmitir mensajes complejos de manera rápida, práctica y a grandes cantidades de personas, sin que éstos representaran una amenaza para los intereses políticos del momento. De tal forma el presente texto comenzara con una muy breve presentación de las situaciones contextuales que en su momento ayudaron y propiciaron la llegada y el establecimiento del régimen socialista en China durante el siglo XX; iniciando con la caída de la Dinastía Qing (1644 – 1912) la cual debido a su amplia apertura a tratados y negociaciones realizadas con el exterior, llevó a la nación china a enfrentar un largo proceso de inestabilidad nacional y perdida del territorio, el cual es conocido como “El siglo de la humillación”. Las guerras del opio y la pérdida territorial ante potencias occidentales y Japón, así como el deterioro de los recursos y el incremento de la población, empujó a los habitantes de la nación a una migración en búsqueda de abastecer las necesidades básicas. Los poblados de la periferia comenzaron a notar la deficiencia administrativa del imperio y la crisis económica que traería consigo; sin embargo, las revueltas se dieron en mayor medida en las periferias. (Aunguiano Roch, Historia Mínima de China, 2012, p. 239.) De tal forma las células revolucionarias comenzaron a aparecer, “Al comenzar el siglo XX, China estaba inmersa en decadencia administrativa, corrupción burocrática y debilidad del régimen gobernante frente al resto del mundo; en el exterior se percibía a la raza china como debilitada por la pobreza y los vicios” (Aunguiano Roch, Historia Mínima de China, 2012, p. 255). La situación generó la inconformidad de las élites intelectuales quienes encontraron en los textos y las historias de las naciones extranjeras, así como en sus propias experiencias y estudios cursados en el extranjero, que la población china necesitaba un sentimiento nacionalista que los fortaleciera y un gobierno que, apegado a esta idea, velara por la estabilidad y el crecimiento de la nación. Estas necesidades se vieron resueltas con la conformación de dos núcleos que buscaban la mejoría del país y la llegada de la industrialización al mismo, el Kuomintang (o el partido nacionalista chino) y el partido comunista. Ambos partidos diferían en cuanto a ideales; mientras el Kuomintang se acercaba más al método democrático, el partido comunista se apegaba a que lo mejor serían las ideas socialistas que circulaban en ese momento como la mejor forma de organización nacional. Sin embargo, el objetivo en común que mantenían les permitió hacer una tregua durante uno de los momentos más difíciles de la historia de China; la ocupación japonesa (1910 – 1945). Tras la rendición de los japoneses y el término de la segunda guerra mundial, China debía restaurar el orden perdido y reunificar su sociedad por medio de un sistema de gobierno que asegurara terminar con el periodo de inestabilidad, perdida y sufrimiento que dejo tras de sí la mala organización del régimen dinástico. Nacionalistas y comunistas terminaron la alianza para comenzar una lucha de ideales que llevó a la guerra civil china de 1927 hasta 1949. La victoria del Partido Comunista Chino encabezado por Mao Zedong, llegó en un momento en el cuál el país se encontraba a la deriva y fracturado tras años de catástrofes vividas; de tal forma las promesas y el espíritu comunista que aseguraba el crecimiento nacional y la promesa de una vida donde las desigualdades no volverían a arrasar con el pueblo chino, fueron el remedio y la creencia que la población necesitaba para impulsarse. El inicio de la República Popular China dirigida por Mao Ze Dong se da en 1954, lo cual trae consigo un gran cambio en la antigua estructura China, así como en las nuevas relaciones que se establecían con el extranjero; la principal de ellas con la Unión Soviética. En el ámbito interno, el gobierno chino se encargó de la creación de nuevas políticas y reformas que se vieron reflejadas en la nueva Constitución China de ese mismo año, así como en la realización de purgas políticas donde se buscaba sacar del partido a los altos funcionarios cuyas ideologías no se apegaban a los nuevos criterios. Los cambios se dieron de igual forma dentro de la organización social y la cultura. En el ámbito social se dio la conformación de comunas; una forma de administración en la cual los obreros se establecían en grupos para llevar a cabo las tareas correspondientes. Estas nuevas células sociales auguraban el triunfo y la organización de la sociedad por medio del establecimiento de colectivos cuyo trabajo en conjunto y apegado a las normas políticas aseguraría el crecimiento y la prosperidad de la nación China. Lo anterior se retrata de manera simbólica en el siguiente cartel “The commune is like a gigantic dragon, production is noticeable awe-inspiring” (Gongshe ru julong, shengchan xian weifeng [公社如巨龙, 生产显威风]), donde el dragón, uno de los elementos más simbólicos en la historia China que está relacionado con los buenos augurios, la protección y la fuerza, aparece sosteniendo a las comunas a manera de acompañar y guiar la fuerza colectiva que llevará a la nación al éxito. En estas comunas o municipios, como se les conocería posteriormente, las horas laborales y las comidas eran realizadas en grupo, esto último se muestra en el siguiente cartel “The commune's canteen is powerful, the dishes are deliciously made” (Gongshe shitang qiang fancai zuode xiang chizhao xin ruyi shengchan zhiqi yang [公社食堂强饭菜做得香吃着心如意生产志气扬]), en él se pretendía mostrarle a los ciudadanos una imagen que los invitaba a consumir los alimentos que los comedores comunales les proveían; alimentos gratuitos que el gobierno les proporcionaba en vista de cuidar y velar por el pueblo satisfaciendo sus necesidades básicas. Sin embargo, la invitación es más bien de índole obligatoria, ya que en este nuevo orden administrativo las horas de comida debían ser en compañía del colectivo, no en la privacidad y compañía familiar; una costumbre que se tuvo durante el periodo de las dinastías.
En el ámbito cultural hay una serie de cambios importantes en las tradiciones, especialmente tras la Revolución Cultural, en la cual se buscó asegurar la filosofía socialista entre la población, limpiando así a la nación de influencias y pensamientos de índole capitalista que representaran un riesgo para el régimen. Se configuraron las artes y las tradiciones de tal forma que estuvieran revisadas y avaladas por el gobierno; producciones cinematográficas, literarias, representaciones de teatro o baile tenían como temática central el apoyo y el agradecimiento al gobierno de Mao, cuya figura se convirtió en una especie de eje central de la sociedad, habiendo una gran cantidad de retratos de él tanto en los espacios públicos como privados. Las nuevas normas en la producción cultural llevaron a varios intelectuales y artistas a ser reprendidos, castigados, señalados, exiliados y recluidos en campos de trabajo en los cuales se buscaba que entendieran la fuerza y la importancia del mismo, para poder comprender su valor y concientizarse, reflejando lo anterior en sus próximos trabajos. Por otro lado la supervisión y la regulación de estas nuevas normas fue llevada a cabo por los jóvenes, quienes desempeñaban la labor de policías o vigilantes que velaban por la el bienestar del partido y la sociedad, siéndoles permitido el levantar acusaciones contra sus propios familiares. Dentro de la campaña cultural Maoísta los sectores jóvenes tenían un rol fundamental para la sociedad, por lo cual la correcta educación y adoctrinamiento de los mismos se convirtió en algo central. |
Las enseñanzas no solo se centraban en uno de los pilares del régimen; el Libro Rojo de Mao, sino además en el recuerdo y el análisis (desde la perspectiva del partido) del pasado de la nación China. El retomar la historia de los años en que China sufrió, era una forma de recordar y motivar a la sociedad sobre cómo esa nueva organización nacional era beneficiosa y mucho mejor que la pasada.
Se buscó entonces eliminar las antiguas tradiciones y creencias para establecer unas nuevas y más provechosas; de tal forma enseñanzas confucianas que habían sido la base de la sociedad china por milenios fueron eliminadas de las costumbres, elementos y prácticas religiosas fueron sustituidas por el culto a la nación; una especie de patriotismo que engrandecía al partido y a la figura de Mao Zedong. De igual forma el lenguaje sufrió modificaciones, ya que Mao consideraba que el sistema de escritura era sumamente complejo, lo cual dificultaba que la totalidad de la población pudiera comprender su lectura, atrasando así el proceso de enseñanza y el crecimiento social. El chino tradicional se ve reformado creando un sistema de escritura en donde los caracteres son simplificados con la finalidad de volverlos más accesibles al pueblo. Es importante señalar que si bien en los últimos años del socialismo Maoísta, el país se encontraba frente a un escenario sumamente complejo que se convirtió en un autoritarismo, los resultados que se dieron al inicio del mismo fueron lo suficientemente buenos y esperanzadores durante los primeros años. Sin embargo, el declive del régimen comenzó con el establecimiento del Gran Salto Adelante; una campaña establecida por el gobierno de Mao entre 1958 y 1961 cuya finalidad era seguir el rumbo de un socialismo chino, dejando de apegarse a las doctrinas y métodos establecidos por la URSS, de tal forma que este método particular pudiera llevar a un crecimiento en la economía china en materia agraria, así como al desarrollo de la industrialización.
“Sin embargo los resultados del Gran Salto Adelante en relación con la producción revelan un inmenso fracaso. El entusiasmo desmedido y la descentralización en la toma de decisiones condujeron a la construcción de obras hidráulicas ineficaces y al desperdicio de recursos. Los trabajos hidráulicos se hicieron son asesoría técnica, sin planificación, por lo que con frecuencia el transporte de las aguas de las presas a los campos era inadecuado y los sistemas de drenaje resultaban ineficientes. Asimismo debido a que no se contó con estudios de química de suelos en algunos lugares se presentaron problemas asociados al exceso de alcalinidad.” (Cornejo, Historia Mínima de China, 2012, p. 321) Este mal uso de los recursos y errores en la administración se complicaron con la aparición de sequías y hambrunas, lo que desembocó en un escenario sumamente complicado para la nación. Se considera que las hambrunas suscitadas en ese periodo fueron las peores del siglo XX, resultando en millones de muertes. Sobre la brutalidad de las hambrunas, Liao Yinwu en su texto El paseante de cadáveres, recopila testimonios y relatos periodísticos de algunos casos sumamente impactantes ocurridos durante el régimen socialista en China, como el siguiente relato: “Una noche patrullando por el pueblo bajo la luz de la luna, Wang y otro guardia se dieron cuenta de que salía humo de la casa de Mo Erwa. Wang se sorprendió mucho, pues Mo Erwa era un campesino muy honesto que nunca había infringido la ley, dos de sus siete hijos habían muerto de hambre, y Wang y el guardia se dirigieron hacia su casa para ver si habían robado comida de algún lugar. Su casa tenía un patio frontal y otro trasero, con altos tallos de maíz secos, y Wang y el guardia se escondieron detrás y vieron a la mujer de Mo sentada en el porche. Aparentemente, estaba vigilando por si veía a los policías. Wang y su compañero se dirigieron a escondidas hacia la puerta trasera, donde estaba la puerta que conducía a la cocina. Wang dijo que podía ver la lámpara de queroseno brillar en la oscuridad. Así que él y el guardia dieron una patada a la puerta y entraron gritando: <<¡Quietos todos!>>. Mo Erwa y sus hijos, asustados, tiraron las lámparas de queroseno y corrieron de un lado a otro en la oscuridad, como ratas. Mientras tanto, alguien tropezó con la olla de agua hirviendo que había en el suelo y la habitación entera comenzó a oler a carne cocida. Wang gritó de nuevo: <<¡Quietos o disparo!>>. La amenaza funcionó. Cuando Mo Erwa y los niños se calmaron, Wang encendió una de las lamparillas con un cerillo y, con claridad, descubrió que Mo había cavado un agujero en el suelo de la cocina y lo usaba como estufa. La olla se había volcado y los trozos de carne estaban esparcidos por el suelo. Wang le pregunto: <<¿De dónde ha sacado la carne?>>, y Mo respondió: <<Acabamos de cocer a nuestra hija de tres años>>. El guardia no creyó lo que acababa de oír, así que agarró uno de los trozos de carne que había en el suelo y lo examinó cuidadosamente bajo la luz. Antes de que pudiera descubrir de qué se trataba, Mo Erwa se lo quitó de las manos y se lo comió. Después, los hijos hicieron lo mismo con el resto de la carne de la habitación en minutos. Al final, arrestaron a Mo Erwa y, con las manos atadas, se lo llevaron a la oficina de policía.
Al día siguiente comenzaron las investigaciones, y acabaron encontrando huesos y el cráneo de la niña enterrados en una bolsa en el patio trasero. El jefe de policía consideró el suceso tan atroz que le asentó cincuenta latigazos a Mo Erwa, mientras su familia, de rodillas, fuera de la sala de interrogatorios, pedía clemencia sin dejar de oír sus alaridos. Según Mo, la familia no tenía nada con lo que alimentar a la niña y por eso decidieron matarla. El jefe de policía lo interrumpió y le dijo: <<¿Sabe usted que lo que ha hecho es un pecado capital?>>. Mo respondió: <<De todas maneras, la pequeña iba a morir de hambre, lo mejor que podíamos hacer era sacrificarla para salvar al resto de la familia. Sólo esperemos que en su próxima vida reencarne en algo mejor. Es demasiado duro ser un ser humano>>. (Liao Yiwu, El paseante de cadáveres, 2012, p. 181 – 183).
El fin del socialismo en China es un proceso complejo que se inicia con el fracaso y las crisis nacionales que se generaron tras la Revolución Cultural; tras estos eventos Mao es retirado del poder. Es por mano de Deng Xiaopeng en el poder de la República, que el escenario político y social de China comienza a cambiar ya que, aunque era aliado de las ideas socialistas, Deng consolidó una serie de reformas económicas de apertura que permitirían a China salir paulatinamente de la grieta económica que se vivió durante el socialismo de Mao. Analizar el proceso que va desde la caída económica socialista bajo el mando de Mao Zedong y el paulatino crecimiento social y económico que llevó a China a situarse como una de las principales potencias al día de hoy en tan pocos años, es tema para un artículo especializado en eso. Sin embargo, ser conscientes del escenario en que se encontraba China hasta hace unos años y reflexionar sobre su crecimiento económico y global, nos permite admirar la complejidad y la perseverancia dentro de su historia. Por lo cual, si bien este artículo trató de explicar de la forma más resumida el panorama de una sociedad a lo largo de años haciendo uso de los carteles como material de apoyo, espero que despertara la curiosidad de los lectores sobre temas específicos o generales de un periodo de gran relevancia dentro de la historia China.
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